¿Ah, en serio?
Directamente desde Chiapas, el presidente Enrique Peña Nieto “sorprendió” al decir que está insatisfecho con los objetivos alcanzados en los dos años de gobierno que lleva. Pero no se preocupen, todavía tiene cuatro añotes para intentar mejorar lo que hasta ahora ha hecho.
Aunque no iba a dejar de echarse flores… señaló que sí son de reconocerse las reformas realizadas en su administración, pero ahora viene lo bueno: hacer que éstas repercutan en las condiciones socioeconómicas de las familias mexicanas:
“No estamos satisfechos por lo que hemos alcanzado, sí por lo que hemos logrado en el cambio estructural, pero ahora hay que ser perseverantes para asegurar que esos beneficios que sabemos vienen de estas reformas lleguen y beneficien a todas las familias”.
Como era de esperarse, la “celebración” presidencial no fue del todo alegre, ya que fue imposible no tocar el tema de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, hecho que ha puesto en evidencia la corrupción en diferentes niveles de gobierno y que marca una nueva etapa del país: “Lo ocurrido en Iguala, Guerrero, conocido por todos los mexicanos y ahí, afuera, en el exterior, es claro que marca un antes y un después, es claro que exhibió las vulnerabilidades que tienen, particularmente, los gobiernos municipales.
Claro, el caso Ayotzinapa fue tocado para reiterar que el famoso decálogo que la semana pasada dio a conocer, será el arma con la que se pretende salir de la situación, la cual –aceptó el presidente– está color de hormiga, debido a la fuerza que ha hecho evidente el crimen organizado: “sobre todo, con armas y con capacidades de fuerza mayores que hubiese tenido antes”.
Ayer por la mañana EPN ya puso en marcha las primeras acciones de su tercer año de gobierno: envió al Congreso iniciativas para –nuevamente– reformar la Constitución, esta vez con el objetivo de conformar un mando único de las policías estatales y de paso crear mecanismos para darle cuello a los ayuntamientos municipales cada vez que exista “sospechas” de que han sido cooptados por el crimen organizado.
Por otra parte, aunque hace unos días alabó la chamba que la Secretaría de la Defensa Nacional lleva a cabo por el país y los mexicanos, el presidente consideró que siempre puede mejorarse, por lo que ordenó cambios en las fuerzas militares: designó nuevos titulares en la Subsecretaría de la Defensa Nacional, Oficialía Mayor y Contraloría General del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos; por lo que desde ayer los generales de división Noé Sandoval Alcázar, Gilberto Hernández Andreu y Daniel Velasco Ramírez encabezan la Subsecretaría, Oficialía Mayor y Contraloría General, respectivamente.