El único argumento que sostiene los altos sueldos y gastos de los titulares de las dependencias e instituciones públicas y gubernamentales es la idea de que un funcionario bien pagado es un funcionario eficiente. Por su puesto, aplicar este principio es más una apuesta que una garantía y, para ser sinceros, parece haber quedado más que refutado en los últimos años en todas los niveles de gobiernos de todos los colores.

A finales del año pasado, el presidente del Consejo Consultivo de Desarrollo Económico del Municipio del estado de San Luis Potosí advirtió una situación en la entidad que bien podría ser la de cualquiera de las que conforman la federación:

“Los tres poderes de gobierno resultan excesivamente caros y a pesar de que hay una política de austeridad, ésta no parece reflejarse del todo en los salarios y gasto corriente en general de las dependencias”.

La presidencia de la república es un claro ejemplo de esta situación. Los viajes, el gasto en imagen y comunicación así como otros viajes de operación han hecho de la de Enrique Peña Nieto la más costosa en los últimos 24 años.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, la Presidencia de la República erogó 3 mil 476 millones de pesos en 2014, lo que representa un aumento de nada menos que 14.4% frente al año anterior, lo que lo convierte en el gasto anual más alto desde 1990.

Esto no es todo. La actual presidencia ha marcado un record en cuanto a gastos del primer tercio del sexenio se refiere. Entre 2013 y 2014, la residencia oficial de los Pinos desembolsó 6 mil 397 millones de pesos, 22% más de lo que gastara Vicente Fox durante los primeros dos años de periodo, y 32% más si se compara con el mismo lapso en el caso de Felipe Calderón. Si se compara con el de Ernesto Zedillo, la diferencia es de nada menos que de 68% en términos reales.

Pese a la caída estrepitosa del precio del petróleo a nivel mundial que comenzara a finales del año pasado, y frente al recorte necesario en el gasto público, Presidencia, lo mismo que todas las secretarías de Estado, excedió el presupuesto asignado por el Congreso: en lugar de los 2 mil 200 millones de pesos previstos, terminó gastando 3 mil 476. Proporcionalmente, este aumento al presupuesto fue el más alto de entre todas las dependencias federales.

La SHCP explica el aumento así:

“Mayor adquisición de materiales y suministros, y de servicios generales”

El “servicio” que más incrementó su gasto fue el de Coordinación General de Transportes Aéreos, que tenía autorizado 402 millones de pesos, y que terminó gastando 962.

El Estado Mayor Presidencial tenía autorizados 507.3 millones de pesos el año pasado y erogó 965 millones, mientras que la Coordinación General de Administración pasó de 564 millones a 786.5 millones.

La Coordinación de Opinión Pública tenía un presupuesto aprobado de 66 millones de pesos, pero al final gastó 90.4, mientras que Comunicación Social pasó de 117 millones a 160 y la Jefatura de la Oficina de la Presidencia, de 42.2 millones a 71.1.

Por su parte, el Banco de México e instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional siguen bajando las expectativas de crecimiento para el país. De acuerdo con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, contamos con los recursos para evitar una caída violenta en 2015, pero nuestro futuro en 2016 es un misterio…

@plumasatomicas

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