Y en la muy, muy tradicional sección “Pues es del PAN, ¿les sorprende?”:
Ante la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto de legalizar los matrimonios gays en todo el país, no son pocas las voces que han tenido que exclamar: “vaya, hasta que algo bueno”. Sin embargo…
Nunca hay que generalizar, pero, para no olvidar la imagen que se tiene del panismo mexicano, nada mejor que la diputada federal blanquiazul, Cecilia Romero, quien no perdió la oportunidad de manifestar su posición contra los matrimonios y adopción entre personas del mismo sexo. Para la panista, aunque se apruebe la moción, nunca podrá ser considerado matrimonio eso que no posee la “esencia” de las instituciones sociales: el matrimonio y la familia.
“Es lo que quieran, no hay problema, yo lo respeto, pero no es matrimonio. Hay instituciones como es el matrimonio, la familia, la escuela, los poderes, que deben ser respetados en su esencia y hay muchas otras formas en que se pueden ejercer los derechos, sin inmiscuirse en cuestiones que tienen que ver con la identidad de las instituciones”.
Después de pasársele el furor conservador, Romero reculó y matizó su discurso, adelantando que no puede adelantar cuál será su voto al respecto de la iniciativa (¡uy, sí!, en una de ésas nos sorprende), al menos no lo dirá sino hasta analizar lo que envió el presidente.
“Y aunque conocemos en términos generales el contenido, no cabe duda que debemos buscar la forma en que sea compatible el ejercicio de los derechos y el respeto de éstos con el respeto de los derechos de todos. Estamos hablando de no discriminación, no discriminemos”.
Aunque con lo dicho muchos podrían decir lo contrario, la diputada aseguró que en el PAN se respetan los derechos humanos y las instituciones… y por esto ultimo es su posicionamiento: el matrimonio es una institución y, como tal, se le respeta.