Para que vean que también en tierras gringas dan su manita a torcer, cuando se trata de criminales de “categoría”. Luego de varias quejas, en las que se acusó la tortura de que era objeto Joaquín El Chapo Guzmán, las autoridades de la cárcel de Nueva York en la que se encuentra recluido el exlíder del Cártel de Sinaloa, se mostraron flexibles y desde ahora permitirán que hable por teléfono con sus familiares, lea libros y revistas y hasta vea a un sacerdote.
De acuerdo con el defensor del capo, Eduardo Balarezo, la razón por la que ya no serán tan duros con El Chapo es porque, aunque no lo crean, se “presume inocente”. Y ya que el tormento del que era víctima es exclusivo de personas culpables de algún crimen, entonces se ha decidido que le sean regresados algunos de sus derechos. Hasta ahora no se ha “presentado la más mínima prueba en su contra”, señaló el abogado. Y aunque las haya, éstas no han sido evaluadas por un jurado.
El Chapo ya podrá tener contacto físico con quienes lo visiten. Primer round ganado. https://t.co/wIdro2KkAf pic.twitter.com/Uvnu64P1sd
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) 5 de octubre de 2017
“Todo lo que pedimos es que se le den los mismos derechos y privilegios que a cualquier otra persona inocente. Está deseando poder comunicarse con su familia e hijas pequeñas”, señaló el defensor del hombre que es muy probable que haya dejado a miles de niños huérfanos… pero quién sabe, quizás lo estamos juzgando antes de tiempo.
El Chapo fue extraditado a Estados Unidos en enero pasado y, ya que el próximo año enfrentará un juicio en su contra, se pidió que tenga acceso a otros “privilegios”, como reuniones periódicas con sus abogados, más llamadas telefónicas y envío y recepción de correo… claro, con previa revisión de las autoridades.
Luego de haber escapado en dos ocasiones de prisiones mexicanas, El Chapo fue reaprehendido y llevado a Estados Unidos, donde se le acusa 17 delitos, entre ellos tráfico de drogas, uso ilegal de armas y lavado de dinero. Podría ser condenado a cadena perpetua.