Por un lado, el arte contemporáneo es valorado por muchas personas, por el otro, también es descalificado y odiado por quienes consideran que hoy en día a cualquier mafufada ya le llaman “obra de arte”. Como éste tema es subjetivo, decidan ustedes en qué rubro encasillar lo que están por leer.
Resulta que en el Centro para el Arte y los Medios en Karlsruhe, Alemania, presentaron una peculiar obra de la artista Diemut Strebe, quien creó una réplica viva de la oreja de Vincent Van Gogh.
Osea… ¿cómo?
Al principio nosotros también pusimos cara de “no entiendo un carajo”, pero así está la cosa: Sterbe uso una impresora 3D para darle forma de oreja a unas células vivas extraídas de Lieuwe Van Gogh, el tataranieto de Theo Van Gogh, hermano de Vincent. De esta forma buscó reproducir la oreja que el pintor se cortó durante un episodio psicótico, allá por 1888.
“Uso la ciencia básicamente como un tipo de pincel, como Vincent usaba la pintura”, comentó la artista que radica en Estados Unidos.
La oreja fue cultivada en el Brigham and Women’s Hospital, de Boston, y se mantiene viva gracias a que está dentro de una caja que contiene liquido nutritivo; según los especialistas así podrá conservarse por años.
Tanto Vincent como Lieuwe comparten un 1/16 de los mismos genes, incluido el cromosoma Y, que pasa en los hombres de generación en generación.
Contrario a lo que podría pensarse, la creadora mencionó que convencer a Lieuwe van Gogh de participar fue fácil pues le encantó el proyecto. Ahora su objetivo es obtener ADN mitocondrial de alguna pariente femenina del legendario pintor para obtener un material genético aún más exacto.
De momento esta oreja se exhibe en ese museo alemán hasta el 6 de julio, en donde los visitantes incluso pueden hablarle a la oreja con ayuda de un micrófono. Se planea que el próximo año esta oreja se exhiba en Nueva York.
¡Quihubo!
¿Arte, novación genética o la gente “sin que hacer” cada vez cuenta con más recursos?