Por Javier Medina

Las crisis, los conflictos, la desigualdad y la violencia nos golpean cada vez de manera más frecuente y se vuelven parte de nuestra realidad. Y sí, el panorama se torna complicado pero justo eso implica un llamado a la acción; atender las causas que generan tales problemáticas y empujar para la construcción de entornos sanos, armónicos y seguros.

Ante esto, el cuidado de ecosistemas y elementos naturales se vuelve cada vez más importante. Lo ambiental es político, pues implica que desde espacios de toma de decisiones se tracen e impulsen agendas, se destinen presupuestos y se generen consensos y acuerdos para la resolución de problemáticas. Esto bajo un enfoque garantista y que tome como base el derecho que tenemos de un ambiente sano para nuestro óptimo desarrollo y también para las futuras generaciones. Cuidar de nuestro hogar común es un aspecto que debe posicionarse fuerte dentro de las agendas políticas.

El momento actual exige atención; discursos, programas de acción, propuestas y planteamientos sensatos que puedan traducirse en hechos concretos. Para ello es indispensable comprender que nuestra subsistencia depende en gran medida de ecosistemas sanos, que la salud y bienestar de las personas deben ir al centro y que es necesaria la construcción de plataformas políticas que sepan escuchar y acompañar los activismos y las voces de quienes sufren las consecuencias del despojo y el extractivismo. Las visiones que sólo dan un enfoque utilitarista a la naturaleza deben parar. Por esto, en Futuro nos organizamos bajo la convicción de que es posible construir una realidad más justa, digna y esperanzadora. 

Cuidar nuestro hogar común para la nuestra y las futuras generaciones.

Así es como el Programa de acción de Futuro aborda su contenido ambiental, abarcando dos principales aspectos que son Hábitat y Medio ambiente. Desde ahí, planteamos las siguientes líneas de acción que consideramos son la base para construir ciudades y comunidades que mitiguen los impactos negativos al ambiente, el cambio climático y que sean resilientes ante sus efectos.

  • Hacer efectiva la elaboración e implementación de planes de desarrollo urbano que cumplan con los objetivos y lineamientos de la nueva agenda urbana 
  • La movilidad debe ser asequible, sustentable y eficiente. Es fundamental ampliar la infraestructura de bicicletas públicas, ciclovías y calles preferenciales y es necesario concebir a la movilidad como un derecho, apostando por la estructuración de un sistema de movilidad regional y no sólo metropolitana.
  • Debemos declarar la crisis ambiental a la que nos enfrentamos y plantearla como corresponsabilidad pública para todas y todos.
  • Es necesario impulsar que la educación ambiental se imparta en todos los niveles educativos.
  • Debe cesar la impunidad en materia ambiental. Necesitamos crear una Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales. Una que cuente con autonomía presupuestal y atribuciones suficientes para sancionar administrativamente y perseguir penalmente a quienes cometan un delito ambiental.

Necesitamos también fortalecer la apropiación colectiva y la protección desde lo institucional de los espacios naturales. Esa protección debe ir enfocada hacia la prevención y reducción de la contaminación en agua, aire y suelo.   

Somos parte de nuestras circunstancias y dependemos irremediablemente de ellas, por lo que resulta fundamental mantener un compromiso con el cuidado de nuestro medio ambiente y los recursos naturales a los cuales están sujetas nuestras existencias. Programa de acción de Futuro Jalisco. 

De acuerdo al Plan de Educación y Cultura Ambiental del estado de Jalisco, 88.5% de las y los jaliscienses creen que el clima en sus municipios ha cambiado; de las 12 regiones que componen el estado, en todas se detectaron problemáticas por contaminación del agua o tratamiento deficiente de aguas residuales y problemáticas por manejo inadecuado de residuos; además, en 9 de las 12 regiones la población identifica una pobre cultura o educación ambiental.

Estamos ante una oportunidad de replantear nuestra relación con los ecosistemas y nuestras ciudades. El panorama es complicado pero aún existen soluciones a la mano. Nuestro deber como generación está en asumir responsabilidades; igualmente, sentar las condiciones para que quienes están por venir puedan disfrutar de entornos que les brinden oportunidades de desarrollo.  

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Javier Medina es abogado por la Universidad de Guadalajara con enfoque en políticas públicas y medio ambiente. Militante de Futuro.

Twitter: @javier_medinaP

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