Por Bernardo Bastien-Olvera, El Capi Planeta


¿Qué otra cosa podría ser más intrascendente que el aleteo de una mariposa? Aun así, todos hemos escuchado alguna variante de la metáfora que dice que el aleteo de una mariposa en Brasil puede causar un tornado en Texas. Incluso tal vez sea ésa la idea a la que nos aferramos cuando con pequeñas acciones queremos generar el gran cambio que este planeta y los seres vivos necesitan. Pero… ¿hasta qué punto esta metáfora se sostiene en nuestra realidad?

El relato cuenta que un día de 1961 el matemático y meteorólogo Edward N. Lorenz quiso repetir una simulación que había hecho esa mañana en su modelo computacional de la atmósfera. En teoría la computadora debió haber arrojado los mismos resultados de la vez anterior, pero para su sorpresa éstos fueron completamente distintos. Esto se debió a que, al ingresar los valores a la computadora, redondeó la cifra 0.506127 a 0.506. Un pequeñísimo cambio en las condiciones iniciales del sistema llevó a un gran cambio al final de cuentas. 

Estos tipos de comportamientos se dan en sistemas que evolucionan con el tiempo y cuyos componentes están íntimamente relacionadas. La atmósfera de la Tierra fue el sistema que le sirvió a Lorenz y sus colegas de la época para formalizar la rama de la física que estudia este comportamiento: la teoría del caos. Pero la atmósfera no es el único ejemplo de estos sistemas; existen infinidad de sistemas que pueden comportarse de la misma forma. ¿Será posible que la sociedad sea uno de ellos y que nuestras pequeñas acciones acaben por alterar el sistema a gran escala?

Efecto mariposa en la sociedad

La teoría del caos describe sistemas que muestran un comportamiento aparentemente aleatorio pero que los rigen ecuaciones bien definidas. Debido a que no hay ecuaciones que describan el comportamiento de la sociedad, no podríamos estudiarla propiamente con las herramientas matemáticas desarrolladas por esta rama de la física. Sin embargo, sí podemos imaginar situaciones en las que algo parecido al efecto mariposa ha tomado lugar en la historia, incluso en nuestras propias experiencias. 

Por ejemplo, yo recuerdo cuando un profesor de la maestría me asignó aleatoriamente un artículo para exponer en clase, dicho artículo despertó tanto mi curiosidad que acabé por contactar a la autora y la plática que tuvimos posteriormente me llevó a que terminara haciendo mi doctorado con ella y mudándome a California. Si ese artículo le hubiese tocado a otra persona muy probablemente no estaría donde estoy ahora

¿De ahí podríamos concluir que pequeñas acciones individuales pueden alterar el curso de la historia? Si un número suficiente de personas dejamos de usar plásticos o hacemos composta en casa, ¿podríamos evitar la crisis climática? Para responder a esta pregunta me voy a remitir a algunos puntos clave de la conferencia que impartió Lorenz en 1972 durante la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, de cuyo título salió esta tan conocida metáfora: “Predictibilidad: ¿el aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Texas?”.

Pequeñas acciones para combatir la crisis climática

De las primeras observaciones que hizo Lorenz en su conferencia de 1972 fue que, si vamos a estudiar las repercusiones de un aleteo de una mariposa, necesariamente tenemos que estudiar las repercusiones de todos los aleteos anteriores, de todos los subsecuentes y de todas las mariposas. Y no sólo eso, sino también la influencia de otros organismos mucho más grandes que las mariposas. 

En ese sentido, nuestras acciones individuales tendrán un mayor efecto si las orquestamos con las otras acciones individuales de otras personas y si las contextualizamos con las acciones de jugadores más influyentes del sistema. Una persona que se organice con su comunidad para detener alguna industria contaminante en su ciudad tendrá una mayor repercusión en el sistema que una persona que tenga un estilo de vida individual “sustentable”.efecto mariposa

Imagen: Pixabay

Al final de su famosa conferencia, Lorenz regresa a la pregunta que planteó en su título, haciendo notar un pequeño pero importante detalle. Sería muy difícil que una perturbación en Brasil llegara a Texas tomando en cuenta que están en hemisferios distintos. Los procesos que suceden en el ecuador son como una barrera que impide que la dinámica atmosférica de un hemisferio tenga repercusiones importantes en el otro. 

Son justamente este tipo de barreras las que hay que tirar si con nuestros aleteos queremos causar un tornado antes de morir de agotamiento. Al entenderlas, podremos también visualizar las fuerzas que las mantienen en pie y dirigir nuestros esfuerzos colectivos para tirar esas barreras. Sólo así esas pequeñas acciones individuales tendrán repercusiones inesperadas. Al final de cuentas, ¿quién diría que una niña que un día decidió faltar a clases y protestar frente al parlamento podría catalizar un movimiento global? Pequeñas acciones tienden a causar grandes cambios cuando buscamos hacerlas en colectivo. Es momento de retomar ese movimiento con más fuerza que antes y causar el tornado que lleva tiempo postergándose.

Agradezco a Daniela Ximena Rodríguez Hernández por apuntarme hacia literatura relevante de este tema.

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Bernardo Bastien Olvera, mejor conocido como Capitán Planeta, es científico y divulgador de cambio climático, ciencias de la Tierra y sustentabilidad. Es ex-becario Fulbright-García Robles y candidato a Doctor en Geografía en la Universidad de California Davis. Actualmente es co-director del proyecto de divulgación Planeteando.

Twitter: @Capi_Planeta

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