“Nunca espero nada de ustedes y aún así logran decepcionarme” dice el clásico chiste/anécdota que, a pesar de haber sido escrito para la serie televisiva Malcolm el de en medio, parece que en realidad fue pensada para las negociaciones internacionales de cambio climático y en específico la última cumbre, la COP26 en Glasgow.  No es ninguna noticia que eran pocas las esperanzas que se tenían de esta cumbre en relación con proponer soluciones transformadoras ante la crisis climática, y aun así logró decepcionarnos.

Pero en medio de la misma retórica disfrazada de soluciones aparentemente “verdes” y que sueñan con una tecnología inexistente que nos salvará, existe una verdadera esperanza que nace de las diversas voces que, más allá de la COP, luchan desde sus contextos para crear un mundo mejor, empezando por poner la vida en el centro.

Estas voces, provenientes de poblaciones históricamente excluidas y las más afectadas por la crisis (jóvenes, pueblos originarios, disidencias sexuales y de género, personas racializadas, empobrecidas y/o con discapacidad), están tomando las riendas de la narrativa para definir qué es lo que tenemos que hacer más allá de los cuentos de siempre.

En este texto, recolectamos los sentires y pensares de algunas de las organizaciones que se han unido para exigir “Justicia Climática desde Abya Yala”, un posicionamiento que nace de las experiencias de la COP26 y que busca movilizarnos a través de varios llamados a la acción para resolver la crisis de forma colectiva, desde el cuidado y el apoyo mutuo.

Extractivismo el virus, crisis climática el síntoma

“Podríamos pensar que el extractivismo es algo del pasado en nuestra región, pero no es así, pues la estructura económica, y en gran parte social, colonial, prevalece. En el Sur Global, actualmente el daño a los territorios es causado por los proyectos de muerte, que contrario a la urgencia de actuar ante la crisis climática, siguen aumentando. En la actualidad de Abya Yala [América Latina], las actividades extractivas van desde la instauración de mineras, la promoción del monocultivo y la ganadería, la creación de grandes proyectos de infraestructura para el transporte de mercancías y capital; hasta las aquellas nombradas “políticas climáticas” que mercantilizan la naturaleza, causando daños y conflictos en los territorios donde se instauran, como es el caso con los sumideros de carbono y algunos proyectos de energías renovables. […] El Norte se beneficia del extractivismo del Sur y de la atmósfera misma, pero de forma mucho más diferenciada lo hacen los sectores más ricos del mismo. El 10% más rico de la población global es responsable de la mitad de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que fueron generadas entre 1990 y 2015. Mientras tanto, el porcentaje más pobre de la humanidad (50%) es sólo responsable del 10% de tales emisiones.”-LEGAIA

¿Qué debemos mitigar?

“Las negociaciones internacionales pusieron como prioridad el componente de mitigación en detrimento de la adaptación. Las soluciones propuestas para atajar este aspecto del cambio climático se caracterizan por ser tecnocráticas. Ponen por encima el dinero y el poder para tratar de enverdecer el sistema, sin la menor internación de corregir el fondo del problema: el modelo de consumo en el sistema capitalista. El fracaso de estas medidas se mira a la luz de los datos, por ejemplo, que desde 1992 —año en que se celebró la famosa Cumbre de Río donde se firmó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático cuyo órgano máximo es la COP— los GEI se incrementaron en un 65%. Por si fuera poco, propuestas como el denominado “cero neto” echa la pelota hacia delante para buscar compensar en el futuro lo que las élites no quieren cambiar hoy: la obscena obtención de ganancias económicas a partir del extractivismo y el despojo a las comunidades más empobrecidas. En el mismo sentido, las llamadas “soluciones basadas en la naturaleza”, como REDD+, únicamente han producido que empresas impongan proyectos “sostenibles” que no son más que una nueva forma de colonialismo y explotación, pues sus impactos se traducen en pérdida de la biodiversidad, erosión del suelo, desplazamiento forzado, marginación y violaciones a los derechos humanos, por mencionar algunos. En síntesis, de la mano del Norte Global, estamos frente a la continuidad de una geografía colonial en el Sur Global que afecta derechos territoriales, la autonomía y la soberanía alimentaria, en particular de grupos vulnerables como los pueblos indígenas. Este colonialismo verde nos condena a vivir en los límites ecológicos del planeta, por lo cual es urgente aumentar las ambiciones climáticas plasmadas en las Contribuciones Determinadas Nacionalmente (NDC) en casi 80% si no queremos superar los 2ºC de temperatura global, detener de inmediato los subsidios a los combustibles fósiles, así como acelerar la transición energética hacia energías más limpias sin que implique —como ha ocurrido hasta ahora— más violencias contra los pueblos.” –MILPA Climática

“La mayoría de las soluciones de “mitigación” que la “comunidad internacional” ha propuesto tienen un enfoque que busca responder a todo con soluciones de mercado, desarrollo tecnológico y crecimiento económico ilimitado. Estas medidas implican políticas, planes de incentivos y programas de inversión poco cuestionan a lxs responsables de la crisis climática o del extractivismo, que son: el 10% más rico y más aún, el 1% más rico, las grandes industrias de energías fósiles, la agroindustria, las grandes milicias, una gran parte del Norte Global y algunos gobiernos y élites del Sur Global que replican las mismas dinámicas extractivistas. La verdadera mitigación implica, más que un “cero neto”, poner la vida en el centro, atacar desigualdades estructurales y acabar con los sistemas de opresión que las legitiman.” – División Juvenil de Cambio Climático

¿Quién se debe adaptar a qué? 

“Para nosotras dentro de Proyecto Ecociencias nos causa mucho ruido el término de adaptación al cambio climático. Sin embargo, es importante mencionarlo por el contexto histórico que da, ya que, históricamente, se nos ha enseñado que el cambio climático es algo inevitable, catastrófico y que “no hay de otra” tenemos que adaptarnos, pues “aquí nos tocó vivir”. Hoy queremos decirles que la realidad es otra, pues buscamos a través del posicionamiento de las juventudes y el llamado a la acción tras la COP 26, que el norte global se haga responsable de las emisiones de CO2 y demás transgresiones que ha cometido a lo largo de los años y se ponga un alto al extractivismo y a este sistema social-político-económico que nos ha conducido a una crisis socioambiental.” -Proyecto Ecociencias

Ante proyectos que sólo buscan replicar las mismas desigualdades de siempre, es hora de apostarle a soluciones que pongan a la vida y a las comunidades en el centro, reconociendo que los seres humanos somos naturaleza y la naturaleza somos nosotrxs, para así tener más posibilidades de florecer juntxs.

 Lee el posicionamiento completo aquí y ¡únete!

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LEGAIA busca ser un movimiento de juventudes del Sur Global que luchen en conjunto por la interculturalidad, la justicia social, la ambiental y la ecológica.

MILPA Climática es un proyecto desde las juventudes dedicado a promover la participación e inclusión de los pueblos indígenas en la política de cambio climático de México.

División Juvenil de Cambio Climático- REACCIONA: REACCIONA es una Asociación Civil Mexicana que surge para promover la colaboración entre las juventudes y la sociedad civil, la academia, así como los tomadores de decisiones en México, con el objetivo de que se atiendan y resuelvan problemáticas relacionadas con la emergencia climática a distintos niveles. Buscamos amplificar la incidencia política y social de las juventudes activistas en cambio climático de México mediante la colaboración, profesionalización, educación, capacitación, divulgación, intercambio de recursos, saberes y sentires, así como la organización y participación en eventos que influyen en la toma de decisiones ante el cambio climático a nivel local, nacional, regional e internacional. Que distintas organizaciones juveniles e individuos puedan converger en un mismo espacio donde puedan aumentar sus capacidades de incidencia en los procesos de toma de decisiones ante la emergencia climática y conectar con actores clave que faciliten lograr estos objetivos, de manera colectiva, interdisciplinaria, diversa, libre de opresiones e incluyente con los grupos juveniles más vulnerables y menos responsables del cambio climático.

Proyecto Ecociencias es un colectivo nacido en 2018 en la Facultad de Ciencias de la UNAM con el fin de compartir a través de la divulgación científica las problemáticas socioambientales y proponer soluciones dentro del activismo ambiental.

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