Por Andrea Pliego, Elisa Caballero, Beatriz Acevedo y Regina Gómez

En las últimas décadas, la lucha por la protección del ambiente ha cobrado fuerza debido a que los efectos de la crisis climática son cada vez más evidentes; por ello, convenios como el Acuerdo de París o planes como la Agenda 2030 han buscado mitigar los impactos del cambio climático y generar herramientas para aumentar la resiliencia y adaptabilidad de las poblaciones.

Las medidas para alcanzar estas capacidades han ido cambiando mientras hemos ido aprendiendo que existen múltiples realidades en las que las personas viven; estas medidas dependen, obviamente, de diversos factores. Es ahí donde radica el valor de la justicia climática, ya que busca que los esfuerzos básicos visualicen la crisis ecológica no sólo como un problema ambiental, sino como un conflicto ético y político, donde se reconoce la diversidad de contextos y la vulnerabilidad de los diferentes grupos sociales ante los efectos de la crisis ambiental.

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Imagen: Google Plus

Al buscar la inclusión de aquellos sectores de la población que generalmente son los más oprimidos por el sistema político y económico, las soluciones que se busquen para la problemática dejarían de sólo incorporar la visión de los grupos privilegiados como grandes compañías, políticxs, o poblaciones con mayor acceso a recursos económicos. Sin embargo, aun cuando se busca esta inclusión, los movimientos sociales, como sería el caso del ambientalismo, todavía llegan a replicar prácticas racistas y/o clasistas. Por ejemplo, al imponer visiones del ecologismo desde el privilegio urbano sin tomar en cuenta los contextos de los pueblos originarios; o a través de la promoción y el hacer tendencia con los productos “eco-friendly” los cuales muchas veces son más costosos y sólo reproducen el fenómeno de “green-washing”, quedando no sólo fuera del alcance económico de muchos, sino también, mandando el mensaje de que para ser consciente con el medio ambiente se debe tener una capacidad adquisitiva considerable y pertenecer a una clase social más alta.

Ambientalismo interseccional

La interseccionalidad es una herramienta analítica que nos permite estudiar, entender y responder a las formas en que cierto tema se cruza con otras narrativas de identidades, haciéndolo multidimensional. De igual manera, permite observar cómo estas transversalidades contribuyen al espectro de vivencias y cosmovisiones que puedan llegar a tener las diferentes sociedades sobre cómo generar soluciones para el tema en cuestión. Es por esta razón que, dentro del ambientalismo, se vuelve una herramienta necesaria para entender la complejidad de la crisis ecosocial que vivimos. 

El ambientalismo interseccional toma en cuenta la marginación racial o étnica, la discriminación por género, identificación sexual o capacidades físicas, las divisiones urbanas y rurales o que atiendan a alguna clase, o el acceso a recursos económicos, todas estos sistemas de opresión y más, los cuales generan condiciones de vulnerabilidad para ciertos sectores poblacionales. Siendo la razón por la cual el ambientalismo interseccional busca reconocer las injusticias sobre recursos humanos y naturales y no minimizar ni silenciar las desigualdades sociales para así contribuir en la construcción de espacios inclusivos y transversales.

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Foto: Cuartoscuro.

Entre algunos ejemplos en los que se aplica esta práctica, destaca el del sector vulnerable integrado por los adultos mayores (tercera y cuarta edad). Cuando la juventud manifiesta su desinterés en el trabajo del campo, emigra hacia las grandes ciudades, dejando atrás a los adultos mayores, quienes poseen un conocimiento ancestral en la preservación de semillas. Hoy, todavía encontramos en la Alcaldía Milpa Alta entremezclados con las espinas del nopal y los colores del maíz, a valientes guardianes del espacio geográfico agrícola y pecuario, una tierra trabajada por mujeres y hombres en su mayoría de alta edad, quienes preservan las tradiciones ancestrales para la siembra y cosecha del maíz amarillo, azul y rojo, desgranando sus mazorcas con oloteras y preparando exquisitas recetas con el fruto de la tierra. La organización Guardianes del Territorio Agrícola, lleva adelante un proyecto de comercialización de sus productos, que incluye la regeneración ambiental y la seguridad social de agroproductorxs (Acevedo, 2020).

Cama de nopal para reabono orgánico. Un excedente del cultivo en temporada de calor.
Crianza de pavos bajo condiciones amigables sin sometimiento de ningún tipo.

 

Invernadero de agricultura sintrópica (frutas, verduras y hortalizas en equilibrio orgánico).
Fotos: Cortesía de la revista Con Sentido Verde.

Otro caso es el del kilómetro regenerado del Canal Nacional, del cual son partícipes personas que viven en la zona: los pobladores originarios del pueblo de Mexicaltzingo y los nuevos pobladores de las colonias Valle del Sur, Granjas Esmeralda, Minerva y los Reyes Culhuacán.

Partiendo del proyecto de urbanismo táctico de Fundación López de la Rosa y Residencia Semilla, se ha logrado a lo largo de 14 años un cambio determinante en el estado desgastado y abandonado de 1 km del Canal Nacional, el cual ha necesitado de mucho trabajo y colaboración. Las colonias mencionadas están ubicadas del lado este de dicho canal, el cual, en ese tramo, marca el límite entre la alcaldía Coyoacán al oeste y la alcaldía Iztapalapa al este, alcaldías en las que se hace notar una diferencia en cantidad de áreas verdes, tipos de vivienda y los servicios urbanos que las abastecen, lo cual está fuertemente relacionado con las diferencias de clases sociales que residen en ambas alcaldías. El canal en este territorio es fundamental para la delegación Iztapalapa ya que ésta tiene 1m2 de área verde por persona (9m2 p/p es el mínimo requerido), altos niveles de marginación y hacinamiento.

Este caso podría marcar una tendencia positiva en el resto del tratamiento que se le dé al canal ya que toma en cuenta el potencial de los habitantes para realizar un proyecto de regeneración ecosistémica que brinda servicios indispensables haciendo que el medio ambiente funcione como infraestructura urbana.

Croquis de propuesta de Residencia Semilla para la recuperación del Canal Nacional.
Foto: wdo.org

 

Vista en planta de los resultados obtenidos después del trabajo de recuperación y comparación con el tramo posterior. 
Foto: coolhuntermx.com

 

Vista en planta de los resultados obtenidos después del trabajo de recuperación y comparación con el tramo posterior. 
Foto: coolhuntermx.com

Aquí, podemos ver que existen muchas situaciones económicas diferentes que generan una diversidad de intersecciones sociales, que si bien pueden ser conflictivas, también tienen un gran potencial de éxito, como lo demuestra este proyecto.

Debido a todo lo mencionado, es indispensable la adopción de una visión de interseccionalidad, ya que al adoptar medidas integradoras socio-ecológicamente y promover los esfuerzos solidarios los pobladores, como sería el caso del ejemplo anterior, tendrán la posibilidad de desempeñar sus actividades económicas y sociales en un entorno ambientalmente sano que no sólo les beneficie, sino también, les permita apreciar la importancia de la preservación y protección de los recursos con los que coexisten, re-dignificando tanto a ellos mismos como al ecosistema en el que viven.

Conclusión

Si bien la problemática ambiental nos afecta a todos los humanos del planeta, es cierto que estas afectaciones no tienen la misma magnitud, alcance, severidad y causalidad sobre todos. Por ello, no podemos esforzarnos por reparar los impactos ambientales sin abordar las injusticias promovidas por sistemas de opresión como el racismo, sexismo, clasismo, colonialismo, rechazo a la comunidad lgbtq+, capacitismo, entre otros, ya que todos los avances que se logren sólo estarán enfocados en las minorías privilegiadas que han sido los principales promotores de este problema.

De igual manera, es imperativo trabajar activamente en el reconocimiento y cuestionamiento de nuestros privilegios, la deconstrucción de nuestros sistemas de creencias y la reestructuración del tejido social para retomar los orígenes históricos de las diferentes poblaciones del mundo, ya que conforme vayamos logrando esa disociación podremos empezar a escuchar a las voces que de primera mano viven los efectos de la problemática ambiental, ceder nuestros espacios para amplificar sus voces y que juntos podamos construir soluciones integrales para combatir la crisis climática; por ello, el practicar un ambientalismo interseccional representa una alternativa viable para lograr las metas establecidas para alcanzar un futuro sostenible como el planteado por la Agenda 2030.

Es indispensable que aprendamos a mirar esta transversalidad y desarrollar la empatía hacia lo otro. A veces, tendemos a ver lo ajeno o desconocido como una amenaza, limitando la concepción a un estereotipo o categorización. Si comprendemos que en la otredad viven seres tan complejos como nosotros y adoptamos una visión empática podremos escucharles y sobre todo aprender mutuamente.

Finalmente, con este artículo, queremos invitarles a lo siguiente: ya que vivimos en ciudades caracterizadas por la heterogeneidad social, busquemos mirar lo que pasa en la colonia o incluso en la calle de al lado. Establezcamos conversaciones con aquellos seres que nos parecen extraños y desarrollemos proyectos en conjunto, en un ejercicio de cariño hacia NUESTRO territorio.

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Andrea Pliego, Elisa Caballero, Beatriz Acevedo y Regina Gómez son integrantes de Contaminantes Anónimus.

Twitter: @contaminantesa

Facebook: Contaminantes Anónimus

Instagram: contaminantes.anonimus

Fuentes

  • Acevedo V. Beatriz E. (2020). Milpa Alta, historia y sabores frente a los retos socioambientales. Revista Con Sentido Verde. Edición junio + julio. 26 Pp. 
  • Añón Roig, María José. (2013). Principio antidiscriminatorio y determinación de la desventaja. Isonomía 39:127-157.
  • Borras Pentinat, S. (2013). La justicia climática: entre la tutela y la fiscalización de las responsabilidades. Anuario mexicano de derecho internacional, 13, 03-49.
  • Castillo Haeger, Claudia Andrea. (2010). La Organización del Espacio Lacustre, Desde la Superación del Planeamiento Sectorial. Universidad Politécnica de Madrid. Pp.492
  • Delgado Ramos, Gian Carlo. (2017). Climate Change, Sensitive Cities. UNAM. Pp.356
  • Leslie McCall. (2013). Toward a Field of Intersectionality Studies: Theory, Applications, and Praxis. Signs, nº 38: 785-810.
  • López de la Rosa, Edmundo. (2018). Proyecto: Diseño de Desarrollo Orientado al Transporte para Canal Nacional, Ciudad de México. Pp.54.
  • Loughborough University. (2020). Intersectional Environmentalism: Why it’s crucial for climate justice, de Sustainably Speaking – Loughborough University Sustainability Blog. Sitio web: https://blog.lboro.ac.uk/sustainability/2020/06/18/intersectional-environmentalism/
  • One Million Women. (2020). Intersectional Environmentalism: Fighting For Climate Justice Means Also Fighting For Racial Justice. De OMW. Sitio web: https://www.1millionwomen.com.au/blog/intersectional-environmentalism-fighting-climate-justice-means-fighting-social-justice/
  • Romero Tovar, María Teresa. Antropología y Pueblos Originarios de la Ciudad de México. (2009). Nueva Época. noº59. UAM Xochimilco. Pp.21.

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