Ya que nos quedamos con las ganas de una nota perrona del narco, luego de que el viernes mucho se especuló sobre El Mencho y a la mera hora nada,no nos queda más que conformarnos con la extradición de Felipe “N”, más conocido por la banda del Cártel de Sinaloa como El Inge.
La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que El Inge, identificado como uno de los operadores más pasados de lanza de Joaquín El Chapo Guzmán, ya se encuentra haciendo la meme en Estados Unidos, esto luego de que ayer domingo 14 de junio se concretó su extradición.
De acuerdo con Aristegui Noticias, el susodicho inició carrera delictiva como mero sembrador de marihuana en la sierra de Durango. Luego le agarró gusto al negocio y, como miembro del Cártel de Sinaloa, mantuvo el control de las actividades del grupo dirigido por El Chapo Guzmán.
Según los que le han seguido la pista de cerca al Inge, éste se distinguía por ser muy manchado al momento de operar… es decir, usaba niveles de violencia muy elevados, lo que le valió subir en la escala jerárquica del Cártel de Sinaloa.
El Inge fue detenido en diciembre de 2011, en Culiacán, Sinaloa, luego de haber alcanzado notoriedad en el grupo del Chapo entre 2005 y 2008. Al momento de su aprehensión, se le identificó como responsable de la seguridad personal de Guzmán Loera, además de actividades del cártel de éste, no sólo en Sinaloa, sino también en Durango y en el sur de Chihuahua.
Ahora El Inge enfrentará cargos en una Corte Federal de Distrito del norte de Illinois, donde se le acusa de asociación delictuosa y delitos contra la salud.
Y hablando del Chapo
Uno de los 10 civiles contra los que las autoridades la agarraron, luego de la segunda fuga de Joaquín Guzmán, acaba de ser sentenciado por el delito de fraude procesal. Se trata de Calixto Estrada, el hombre que vendió el terreno en el que desembocaba el túnel que construyó El Chapo para su fuga del penal del Altiplano.
De acuerdo con El Universal, Calixto fue sentenciado a un año y cuatro meses, además del pago de una multa de 5 mil 735 pesos… y 75 centavos. La condena no es por ayudar en la fuga del capo, sino porque accedió a simular la celebración de un contrato en la compra del predio, sólo para librarse de pagar impuestos.