Después del golpe de Estado con el que se destituyó al presidente egipcio Mohamed Mursi, ahora resta ver los cambios que resulten de los actos. No obstante, durante el proceso, a muchas mujeres  ya les cambió la vida. Las activistas de Femen muestran su apoyo.

El grupo Femen publicó en Twitter una serie de fotos con las que muestran apoyo a las mujeres que fueron violadas durante las manifestaciones que llevaron a la caída del presidente de Egipto, Mohamed Mursi.

En la Plaza Tahrir, corazón de las manifestaciones realizadas en la capital egipcia, decenas de mujeres sufrieron de violencia sexual mientras participaban en los actos anti-Mursi. La falta de iluminación, así como la ausencia de policías facilitaron la acción de los criminales (muchos de ellos grupos de choque que enviaba el mismo Gobierno islamista de Morsi).

La semana pasada, una reportera holandesa fue violada por diversos hombres mientras cubría el inicio de las protestas.

“Islamismo viola Egipto”, exhibe en su cuerpo semidesnudo la activista de Femen radicada en Berlín, la cual se representó como la reina Nefertitti.

Datos de Human Rights Watch lanzan que hasta el 3 de julio fueron 91 las mujeres violentadas en la plaza Tahrir.

La organización expresó:

«Estos son delitos graves que estás sufriendo las mujeres detrás de una participación plena  en la vida pública de Egipto en un momento crítico en el desarrollo del país»

Una de las mujeres necesitaba cirugía después de haber sido violada con un objeto punzante (podría ser una navaja como ya se ha registrado en otras ocasiones en el país), mientras que en otros casos fueron golpeadas con cadenas de metal, palos y sillas, además de haber sido atacadas con cuchillos. En algunos casos la violencia se prolongó por 45 minutos hasta que las mujeres pudieron escapar.

El gobierno del entonces presidente Morsi había minimizado la magnitud del problemas. Todavía peor para la víctima, en algunos casos se había revelado su identidad por parte de funcionarios del hospital y policías a medios de comunicación sin el consentimiento de la víctima, violando, así, su derecho a la intimidad (además de que podría ser un riesgo para las víctimas).

Una de las víctimas, Yasmine al Baramawy, una músico de 30 años, expresó:

«En el punto álgido del ataque miré hacia arriba y vi a 30 personas en una cerca. Todos ellos tenían unas caras sonrientes y estaban grabándome con sus celulares. Vieron a una mujer desnuda, cubierta con aguas residuales, la cual estaba siendo asaltada y golpeada, y no sé qué había de gracioso en eso. Ésta es una pregunta que todavía estoy pensando, mi mente no puede dejar de preguntarse eso»

Algunas de las violaciones eran provocadas por los policías y, en algunos casos, por parte del Ejército (en contra de los opositores), reviviendo así una antigua práctica del régimen del dictador Mubarak el cual utilizaba la violencia contra las mujeres como herramienta política e ideológica.

La directora del Centro Nadeem de los Derechos Humanos expresó:

«El Gobierno está pagando a bandas para que acudan a las manifestaciones y agredan sexualmente a las mujeres, y así silenciarlas»

En el caso del gobierno de Morsi, la postura era más radical ya que argumentaban que «esas prostitutas» (las mujeres activistas que iban a protestar «se lo merecen» (recordemos que los islamistas son religiosos conservadores que buscaban que el gobierno se viera impregnado por la religión).

Hace un año la Shura (compuesta por miembros de la Hermandad Musulmana) habían expresado que la culpa era de las mujeres arguyendo que eran ellas las que se ponían en esas circunstancias

Cosa que no entiendo. Entonces, como son mujeres, no pueden protestar, no pueden ir a fiestas, no pueden salir a la calle, no pueden hacer nada, ya que entonces ellas estarían provocando a los criminales que las atacan, como si los hombres fueran bestias estúpidas que no se pueden controlar y que carecen de cualquier rastro de humanidad… No sé si se den cuenta, pero ese argumento deja muy mal parado a los musulmanes radicales, ya que, al querer limitar la libertad de las mujeres, dibujan a los hombres como si fueran animales que sólo se saben manejar por sus instintos.

 ¿Saben qué es lo peor? Que mucha gente en México también lo cree así, es por eso que hay tantos feminicidios (el acto de asesinar a una mujer por su condición de mujer). Las mujeres viven inseguras en un mundo que les es hostil y en el que si piden ayuda (por ejemplo, en el caso de violación) la actitud de las autoridades es la misma que la de la Hermandad Musulmana: «Si ya sabe cómo es de peligroso para qué se va por ahí» (¿Qué onda? Me acaban de violar señor, ¿qué le importa si me voy por un lado o por el otro? ¡eso está mal, es un crimen!). Es como si a un hombre lo asaltaran y en el MP le dijeran: «¡Ay! ¿ya ve? ¿para qué trae un celular? Ya mejor ni se queje» –En vez de hacer su trabajo y perseguir al que cometió el crimen. Puede que la comparación no sea justa, pero lo más increíble es que la gente se indigne más por el caso del celular que por algo tan grave y terrible como una violación.

Pero, en fin. La lucha para que las mujeres puedan tener una vida más digna todavía representa un camino largo…

****Vía Human Rights Watch el Medio

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