Después de ver el siguiente video, quizás muchos la querrán aplicar… sólo que, sin cámaras enfrente y sin ser una figura pública, a ver si les sale.

En un acto de “desobediencia civil”, el flamante y autodestapado político, Gerardo Fernández Noroña, acudió a una gasolinera ubicada en Reforma e Insugentes para llenar el tanque de su automóvil… Nada fuera de lo común. Lo sabroso del asunto llegó a la hora de pagar el consumo, ya que el ex diputado aclaró que se negaría a cubrir los impuestos correspondientes, es decir, sólo pagaría el costo del combustible.

Después de los gasolinazos (que supuestamente ya no iban a existir con la reforma energética), no pocos se negarán a decir que lo hecho por el candidato presidencial fue una acción de legítima protesta… que, para hacerla, primero avisó hora y lugar (por si el respetable quería ayudarlo a hacer bulla), además de ofrecer un breve tutorial de cómo entrarle a la “desobediencia civil”.

“Uno va, carga normal y a la hora de pagar pide hablar con el encargado de la gasolinera y le dice ‘no estoy robando, aquí está la cantidad completa de la gasolina, me niego a pagar el impuesto, por la burla de los impuestos, que dijeron que ya no iba a haber más y ha habido aumentos abusivos (3% este último mes) y, por lo tanto, no pago los impuestos’; la única que me puede acusar es la Secretaría de Hacienda, yo a quí estoy, dejo mis datos. No le deben de cobrar al trabajador, no le deben cobrar a nadie. Es una ‘desobediencia civil’ y estoy dando la cara, haciendo responsable, si me quieren llevar detenido, no tengo ninguna resistencia (…) y todo grabado”.

OJO (En caso de que se quieran aventar). Avisa que se trata de un acto ilegal. Protesta legítima, pero ilegal a fin de cuentas: “Yo estaría absolutamente dispuesto a ir a la cárcel, si me hacen cargos por no pagar el impuesto”.

Lo anterior no sucedió, ya que luego de que se le solicitó pagar los 767.30 pesos por llenar su tanque, sus acompañantes le ayudaron a hacer la cuenta para restar el impuesto de 20%, (compuesto por el Impuesto al Valor Agregado y un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios), dando una cifra no tan manchada de 639.30 pesos.

A final de cuentas ni encargado había, por lo que sólo entregó sus datos a uno de los trabajadores del lugar y listo. Según otra publicación de Fernández Noroña, las gasolineras Hidrosina (donde realizó su protesta) pertenecen a familiares de Jesús Murillo Karam, ex procurador general: “la familia Karam Kassab, propietaria de Grupo Hidrosina y vinculada a Murillo Karam, es otra de las grandes beneficiadas con la contrarreforma energética”, acusó.

*Vía Aristegui Noticias

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