Alemania lidia con un movimiento que se ha extendido por Europa y que rechaza las medidas restrictivas para evitar la propagación del COVID-19. En medio de las manifestaciones y las fiestas clandestinas, la Fiscalía de Múnich investiga un caso que le dio en la torre al plan sanitario. ¿Qué pasó?
Una joven de Estados Unidos y camarera en un hotel del ejército norteamericano es investigada por desencadenar un contagio masivo tanto en el hotel como en los bares de Garmisch Partenkirchen.
De acuerdo con medios locales —Merkur y Bild—, la joven de 26 años se dio un rol por los bares de Garmisch Partenkirchen y el hotel a pesar de que tenía síntomas de coronavirus y debía estar en cuarentena, de acuerdo a las normas alemanas para prevenir los contagios.
El contagio masivo en Garmisch Partenkirchen —ubicada en la región de Baviera— ya encontró las primeras reacciones en el jefe de gobierno regional Markus Söder, quien aseguró que la joven enfrentará todo el peso de la ley así como una sanción económica por negligencia y poner en riesgo la vida de los alemanes.
El contagio masivo en Baviera, Alemania
Por lo pronto, la Fiscalía de Múnich prepara los cargos de lesiones físicas por negligencia. Y es que las autoridades investigan a la estadunidense por contagiar a al menos 22 huéspedes y empleados del hotel —de uso exclusivo para los soldados gringos— donde chambeaba.
Ya con los contagios encima, la Fiscalía decidió cerrar este hotel durante dos semanas. Pero eso no es todo, también investiga qué rayos pasó en los bares que la estadunidense frecuentó en la zona de Baviera.
Al parecer, la joven retachó a Alemania de unas vacaciones en Grecia, a finales de agosto. Luego, en los primeros días de septiembre se hizo una prueba para saber si tenía COVID-19 y mientras esperaba los resultados, se dedicó a dar el rol en los bares de la ciudad —además de seguir trabajando en el hotel.
Más tarde, la joven fue notificada como un caso positivo pero la cadena de contagios ya se había creado.
Manifestaciones en Múnich
Como mencionamos, las autoridades de Alemania han tenido que ocuparse de las manifestaciones de un grupo de personas que están en contra de las medidas restrictivas.
Tan sólo el fin de semana en Múnich se organizó por primera vez una manifestación de este tipo a la que se lanzaron nada más y nada menos que 10 mil personas.
De bar en bar con el virus
“No me canso de advertir sobre el comportamiento insensato y negligente de algunos”, ha dicho el gobernador de Baviera, Markus Söder, que advierte que a la mujer le espera “una fuerte sanción económica” (lgc)https://t.co/kCcO5hbYx8
— DW Español (@dw_espanol) September 14, 2020
Y como saben, quienes se lanzan a estas protestas acusan a los gobiernos de organizar un plan para tener el control sobre la población —a través de las vacunas contra el COVID-19— además de ir contra los derechos humanos de la banda que no quiere usar un cubrebocas o seguir las medidas restrictivas…
Pero el costo de no hacerlo está ahí, como lo que sucedió con los contagios en Garmisch Partenkirchen.
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