El trabajo cinematográfico de Florian Habicht ha girado siempre en torno a la música. Desde sus primeros trabajos como Woodenhead (2003) y Liebesträume (2000), en donde el sonido y la música son parte esencial de la película incluso a nivel , el trabajo de Florian Habicht la utiliza como si fuera un ser vivo al que hay que estudiar y documentar. En 2011, Habicht estrenó Love Story, un ambicioso proyecto que era protagonizado por él mismo y por la actriz Masha Yakovenko, que combinaba una historia de amor ficticia a la que se le incorporaban elementos que habían sugerido diferentes habitantes de Nueva York a los que se entrevistó (el film también incluye estas entrevistas a manera de documental). Después de ver esta película, Jarvis Cocker se acercó a Habicht y le pidió ayuda para hacer una película sobre su banda. Fue así que Habicht comenzó a trabajar en Pulp: Una película sobre la vida, la muerte y los supermercados, un documental que recorre la ciudad natal de la banda –Sheffield–, a la gente que habita en ella y el concierto de despedida de la banda.

Al conversar con el director, es inevitable ahondar en su amor por la música y cómo surgió, lo cual tiene un origen bastante peculiar: “Yo quería ser músico. Solía salir a remar en kayak e ir lejos para practicar canto sin que alguien me escuchara, pero nunca fui muy bueno. Quería ser músico porque me parecía una gran forma de conocer chicas y me gusta actuar. Amo la música. Mi forma artística preferida siempre será la música”. A su vez, Habicht nos confiesa que fue Freddie Mercury su primer ídolo musical y Queen la primera banda de la que se enamoró cuando niño.

El amor por la música que tiene Habicht ha quedado plasmado en su trabajo cinematográfico, de muchas formas:

Para mí la música y la cinematografía van juntas, lo que más me gusta de la música es que es una forma de arte en la mayoría del tiempo creas tus propios visuales. Como cuando te sientas y escuchas alguna canción y creas en tu mente tu propio video de ella, ya sea con lo que ves que sucede alrededor, lo que pasa o si recuerdas algo de tu vida o si fantaseas con algo. Ése es un aspecto que me encanta de la música.

Y esto es algo con lo que, sin duda, nos podemos relacionar perfectamente (al menos varios lo hemos hecho).

Captura de pantalla 2015-02-18 a la(s) 01.30.31 p.m.

Al ver Pulp: Una película sobre la vida, la muerte y los supermercados obtenemos una maravillosa visión de la banda, pero mejor aún es la visión del contexto en el que la banda surgió, cómo es Sheffield y su gente, qué motivó a la banda a escribir su música, entender cuáles son sus temas y la importancia de Pulp como banda no sólo para la ciudad que los vio nacer, sino para la historia musical.

Captura de pantalla 2015-02-09 a la(s) 11.41.20 a.m.

 

Para producir este documental, Habicht contó con poco tiempo, pues pasaron seis semanas desde que Jarvis Cocker se acercó a él hasta que se realizó el concierto de despedida de Pulp. El tiempo fue un factor determinante para la realización de este trabajo, pero no fue necesariamente únicamente una limitante: “Una de las consecuencias de hacerlo tan rápido es que no tuvimos tiempo para financiarlo propiamente, eso sí lo lamento. Si hubiéramos tenido más tiempo, tal vez hubiéramos tenido mayor presupuesto, así que el documental se tuvo que hacer con menos dinero del que me hubiera gustado. La ventaja es que tuvimos muchas libertades creativas, que probablemente no hubiéramos tenido con una productora grande o una televisora que lo financiaran pues tendríamos que haber cumplido con una lista de cosas. Hicimos el documental con completa libertad artística”. 

Ha pasado casi un año desde el estreno de la película en el festival SXSW en Austin y ha recorrido un largo camino, presentándose en diferentes festivales (uno de ellos Ambulante), hasta llegar a las salas de cine en próximos días. Revisando el camino recorrido y el tiempo que tuvieron para producirlo, le preguntamos a Habicht cómo se siente con el resultado final:

Creativamente estoy muy feliz y creo estuvo bien no tener más tiempo porque todo fue muy espontáneo, debido a que no teníamos guiones y tuvimos mucha de esa magia, que es una parte importante del documental.

La visión que Habicht plasma en este trabajo es la de un fan de Pulp que recorre las calles de Sheffield con los mismos pasos que recorrió la banda, buscando también la inspiración que guió a Jarvis Cocker, Candida Doyle, Nick Banks, Steve Mackey y Mark Webber a escribir la música que quedó atrapada en siete discos. Escucha las voces de sus vecinos, de sus amigos y también de las nuevas generaciones que han oído hablar de ellos, trata de entender qué los movió a juntarse y cómo era su entorno. Todo desde las voces de los propios integrantes, tan importantes como la de cualquier miembro de la comunidad. Además, es complementado por la excelente fotografía de María Inés Manchego. Eso es Pulp: Una película sobre la vida, la muerte y los supermercados un documental repleto de una hermosa sencillez y un humilde homenaje a una de las mejores bandas inglesas de los últimos 30 años.

Actualmente, el director está trabajando en el guión de su primera película completamente de ficción “es una historia de amor que tiene lugar en Japón y también tiene mucha música”. No falta mucho para poder ver en cines Pulp: Una película sobre la vida, la muerte y los supermercados, que se estrena el 5 de marzo en cines.

@conejoazulorama

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