Los amantes de toser y sonreír reciben una nueva afrenta de un viejo conocido: Manuel Mondragón y Kalb, quien desde hace rato se desempeña como titular de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic).
Desde siempre el buen “Mondra” se ha mostrado en contra de que la gente le queme las patas al diablo de forma libre. Sin embargo, ahora se rescatan sus dichos debido a que, en una época en la que se pugna porque la mota tenga uso medicinal, el ex comisionado de Seguridad Nacional niega que la yerbita tenga esa utilidad. Puras excusas pa’ atizarle sabroso:
“Hay muchas tendencias a señalar como positiva la cannabis en términos de medicación, pero menos de lo que la que gente supone (…) no es fumando la mariguana como nos vamos a curar el dolor de espaldas, ni el dolor de cabeza, eso es una patraña, eso es un pretexto“, dijo el funcionario en reunión de trabajo con diputados.
¿Ni pa’ las reumas? Dicen que es bien efectiva… Pues ni para eso, señaló el egresado de la UNAM con un posgrado en medicina interna y en reumatología. Es más, señaló que antes que cualquier medicamento derivado de la marihuana es mejor alguno de la línea de anticonvulsivantes, antiespasmódicos, analgésicos y antieméticos.
Quizás los padres de Graciela Elizalde, niña que recibe tratamiento a base de canabbis para combatir el Lennox-Gastaut, no estarán muy de acuerdo con lo que dice Mondragón.
Estados Unidos deporta a nuestra gente, pero no manda a la mejor…
Seguro lo recordarán: cuando comenzaba su carrera por la presidencia, el ahora mandatario estadounidense, Donald Trump, se robó el corazón de los ultraconservadores. ¿Cómo? pues con el emotivo discurso en el que aseguró que México manda al gabacho lo peor de lo peor. Puro criminal, violador y americanista.
Pues bueno, evocando esas sentidas palabras, Mondragón y Kalb advirtió que, en esta ola de deportaciones que hará el gobierno norteamericano, se corre el riesgo de que lleguen mexicanos adictos a las drogas. Algo que no afectará de forma severa… ¿o quién sabe? Todo depende del nivel del trancazo.
“Se espera que lleguen personas que tienen índices de consumo y, naturalmente, de esos consumidores habrá adictos (…) No creo que nos afecte en forma muy severa, todo depende de la cantidad de personas que lleguen: no es lo mismo 600, que son los que están contabilizados más o menos ahora, a que lleguen 10 mil o 100 mil, entonces vamos a ir viendo cómo se va comportando esto”.
Como sea, el comisionado dijo que los centros de rehabilitación ya están preparados para recibir a los connacionales que regresen con marcado gusto por los enervantes. No hay bronca: el dinero sale de los mismos recursos que se decomisa al narcotráfico.