Las sanciones a empleados de empresas y gobierno de China se motivan por escándalos cibernéticos cada vez con mayor frecuencia.
En China, el internet es un arma política que puede traer consecuencias terribles para aquel que lo utilice en “difamaciones” . Sin embargo, en ocasiones la denuncia es efectiva. Así ocurrió al difundirse en Weibo (el Twitter chino) una foto que muestra a un funcionario montado en la espalda de un campesino para atravesar las aguas que el tifón “Fitow” dejó a su paso.
La foto corrió rápidamente por la red y, pese al miedo generalizado que la nueva legislatura infunde (3 años de prisión por tuits difamatorios compartidos más de 500 veces), alcanzó un impacto suficiente para que el partido destituyera de su cargo al funcionario Wang, quien trabajaba para el gobierno del municipio de Sanqishi, en la ciudad de Yuyao, Zhejiang, como responsable de construcción y obras.
Según afirman las autoridades, Wang, el funcionario que visitaba la localidad para corroborar los daños del desastre, portaba unos caros zapatos tejidos y decidió quitárselos para caminar por el agua, pero un campesino insistió en cargarlo de caballito de ida y vuelta. Aclararon, no obstante, que este ofrecimiento no justifica el comportamiento del burócrata y avalan la severa sanción.
Las autoridades chinas han aumentado la vigilancia en internet, pero también se encuentran en una desesperada lucha por limpiar el nombre de un partido y una economía cada vez más criticados. Las empresas también han comenzado a emular este comportamiento.
Dos azafatas de la aerolínea Shandong Airlines fueron despedidas al darse a conocer una fotografía que las capta jugando con el celular después de haber instruido a los pasajeros a mantener sus dispositivos electrónicos apagados durante el viaje. La opinión sobre la sanción está dividida: algunos piensan que es una muestra de coherencia con las políticas de la empresa y otros que se trata de una exageración. Algunos más hacen notar que quien sacó la foto quebrantó también la regla al prender su cámara o, probablemente, su celular para fotografiar la escena.
Vía: El País, Reforma