Son 113 las medallas olímpicas que ha ganado Estados Unidos a lo largo de la historia en gimnasia.
Tan sólo este año, nombres como Simone Billes, Gabby Douglas o Laurie Hernandez se llevaron los reflectores en los Juegos Olímpicos de Río, consolidando a Estados Unidos como una potencia en cuanto a gimnasia artística se refiere.
El éxito y popularidad del deporte lo convierte, obviamente, en una disciplina cotizada por millones de niñas que sueñan con ser la próxima Nadia Comăneci. Sin embargo, la belleza de la gimnasia se ha visto severamente dañada, después de que una investigación de 9 meses realizada por el Indianapolis Star, revelara que al menos 368 menores fueron agredidas sexualmente por sus entrenadores en los últimos 20 años.
Niñas de tan sólo seis años que eran fotografiadas desnudas. Niñas de doce años que sin saberlo estaban siendo violentadas sexualmente mientras sus entrenadores les daban terapia. Adolescentes, incluso, de catorce años que mantenían relaciones con sus entrenadores.
¿Lo peor? El número de víctimas es potencialmente mucho más alto del reportado. Según el diario estadounidense, más de un centenar de entrenadores estarían implicados en los casos de abuso. Las víctimas, en casi la mitad de los casos, eran niños y en su gran mayoría mujeres.
La investigación se destapa después de que una ex-gimnasta del equipo olímpico estadounidense, presentara una demanda ante la Corte Suprema de California por abusos sexuales en contra del médico Larry Nassar, en la que también implicó a Bela Karolyi, el entrenador que dirigió a Nadia Comăneci, así como a su esposa (Martha Karolyi), quien ha sido la máxima responsable del conjunto estadounidense durante los últimos 15 años.
La gimnasta ha optado por mantener su identidad en anonimato, pero en su demanda detalla que varios directivos de la Federación estadounidense conocían sobre los abusos, pero prefirieron guardar silencio. Por su parte, Larry Nassar, el médico implicado en esta demanda, ha sido señalado por otras dos ex medallistas olímpicas, así como por 16 estudiantes de la Universidad de Michigan.
Pero más allá de Nassar, no se puede dejar de cuestionar a la federación de gimnasia, que facilitó que este tipo de casos se multiplicara gracias a su omisión o negligencia, para proteger la imagen del deporte.
Otro de los grandes fallos revelados por la investigación del Indianapolis Star es que la Federación no cuenta con archivos ni realiza seguimiento de los entrenadores que trabajan en los gimnasios miembros de la federación, lo que facilitó que varios instructores que eran despedidos de un gimnasio por reportes de abuso fueran rápidamente contratados en otro estado.
Hasta el momento, US Gymnastics no ha emitido comunicación alguna sobre la investigación publicada; por el contrario, su último boletín de prensa fue para dar a conocer el nombre de los atletas que le representarán en el torneo internacional Junior para menores de 14 y 17 años.
El tema no es menor. Al menos 368 víctimas han sido identificadas, contactadas y corroboradas por el Indianapolis Star, dejando una gran mancha sobre el legado de la gimnasia en Estados Unidos.