En estos tiempos en los que se habla de unidad nacional, de un espaldarazo incondicional a la administración del presidente Enrique Peña Nieto, de un acercamiento de la clase política a la ciudadanía de a pie y una cacareada austeridad, dos cosas quedan muy claras: que el mexicano es alegre y que hay prioridades. Aun cuando pareciera que al país se lo está cargando San Venastián, algunos siempre tienen motivos para festejar. Y si no lo creen, pregúntenle a los burócratas del Gobierno Federal.

Tan sólo durante 2016 nuestros servidores públicos se jambaron 29 mil 170 millones 468 mil pesos para celebrar el Día de la Madre, el Día del Niño, de la Secretaria y otros festejos marcados en el calendario (igual y este 2017 celebran completito el año de la rata, claro, por su afinidad con la cultura china). En esta suma también se incluyen bonos para premiar la puntualidad y asistencia.

Las cifras del festivo despilfarro fueron publicadas por el periódico Reforma. Dense un quemón:

  1. La tradicional celebración del Día de Reyes en diversas dependencias y organismos del Gobierno tuvo un costo de 231 millones 459 mil pesos (se pasaron de rosca).
  2. El festejo del Día de las Madres (aunque varios aseguran que los funcionarios no tienen) costó 158 millones 98 mil pesos, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
  3. Para festejar ese niño travieso que todos tienen dentro, el Gobierno destinó 50 millones 847 mil pesos al realizar la celebración del Día del Niño.
  4. El Día de la Secretaría salió bara bara: un millón 69 mil pesos.
  5. Los maestros también tuvieron su pachangón: 2 millones 457 mil pesos.
  6. Y qué les parece la ganga del Día de los Trabajadores Agrarios (¿alguien sabe qué día cae esta tradicional festividad?): 508 mil pesitos.
  7. El jolgorio del Día del Padre tuvo un costo de 3 millones 856 mil pesotes.
  8. Para celebrar el Día del Caminero se gastaron 591 mil 600 pesos (¿alguien sabe de qué se trata esta tradicional festividad?).

A nuestros funcionarios se les premia por hazañas tan difíciles de completar como asistir a hacer su trabajo y llegar temprano al mismo. Durante 2016 los bonos por realizar estas dos proezas ascendió a 10 mil 99 millones de pesos y 10 mil 885 millones de pesos, respectivamente. Este presupuesto es mayor al que tienen algunos programas de cultura y educación. A estas recompensas se suman pagos por asiduidad y perseverancia, en los que se gastaron 10 millones 505 mil pesos y mil 223 millones 98 mil pesos. Un premio merecidísimo a su dura labor.

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Como para despejarse después de tan ardua talacha, organismos federales financiaron actividades culturales, deportivas y sociales con un cargo al erario por 6 mil 190 millones de pesos y 585 mil 180 pesos para que los servidores públicos estuvieran bien uniformaditos para echar la reta.

En estos momentos de crisis nos dicen que hay que poner buena cara y estar unidos. El refrán popular recita que “hay que predicar con el ejemplo” y nuestros funcionarios lo han venido haciendo desde hace rato entre fiesta y fiesta.

FOTOS: NOTIMEX

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