“¿Pues qué quieren?, lo natural tiene alto costo”, podría ser uno de los argumentos con los que el gobierno capitalino se zafe de la bronca que representa este detalle evidenciado por una investigación realizada por el Diario Reforma: se gastó más del doble en árboles que, muchos de ellos, ya están secos.
Bueno, la verdad es que hay varias cosas que tendrán que explicar los de la Secretaría de Medio Ambiente capitalina. Además del inflado precio que se pagó para reverdecer camellones y vías primarias (como parte del Programa de Reforestación 2016), se tendría que aclarar dónde quedó la empresa con la que se hizo el trato, ya que –según el rotativo– “Espacios Verdes Integrales” (nombre de la empresa ganona) no existe… o al menos no se localiza en la dirección ofrecida por el gobierno encabezado por Miguel Ángel Mancera, en respuesta a una solicitud de transparencia.
Pero digamos que los de esa empresa se fueron de vacaciones (permanentes). Tendrían con qué. Según las cotizaciones hechas por los de Reforma, los árboles comprados tuvieron un precio que dobla al que se ofrece en otros lugares. Mientras que los de la CDMX pagaron 16 mil pesos por cada arbolito, en otros lugares estos rondan máximo los 7 mil 600 pesos. Es decir, la secretaría de Medio Ambiente capitalina se echó 26 millones de pesos para la compra de mil 619 arbolitos… cuando bien pudo sólo gastarse 12 millones 304 mil pesos. Ya ven, ¿por qué no se esperon al Buen Fin?
Consultada por Reforma, la encargada de la Secretaría de Medio Ambiente, Tanya Müller, aclaró que, para que salgan las cuentas bien, lo que se debe es sumarle al precio del árbol los costos de traslado, “ya que es muy difícil encontrar en la CDMX viveros con este tipo de individuos”.
Ahhh, bueno… entonces así sí salen las cuentas, ¿no? No: en las cotizaciones hechas por el diario, se pudo constatar que, a los precios de los árboles, nomás se les debería agregar unos 118 pesos, que es el costo por carga, traslado, descarga y plantación, que ofreció un negocio desde Texcoco, Estado de México, hasta la CDMX. ¿Y los demás millones?
Para acabarla de amolar, varios de los árboles comprados y plantados en Paseo de la Reforma y la Alameda Central, ya se encuentran muertos.