Anunció el Secretario de Educación Pública que la evaluación de los profesores será obligatoria: “la reforma va, con o sin Elba Esther Gordillo”.
La reforma entregada por Peña Nieto el día de ayer propone dotar de autonomía constitucional al Insituto Nacional de la Evaluación para la Educación y en caso de aprobarse tendrá como consecuencias la evaluación no potestativa del magisterio con consecuencias jurídicas.
Emilio Chuayffet, Secretario de Educación Pública, dijo que “el Constituyente Permanente será el que adopte decisiones que ya no pueden postergarse: uno, la obligación de la evaluación, que no es potestativa y que producirá consecuencias jurídicas; dos, la no sujeción de la evaluación a caprichos o a intereses particulares; tres, la imposibilidad de pactar o diferir la evaluación”. La presentación de la iniciativa se hizo en ausencia de Elba Esther Gordillo pero en cuya representación asistió el secretario general del SNTE Juan Díaz de la Torre.
Al intervenir, el líder del PRD, Jesús Zambrano hizo alusiones contundentes a la líder del SNTE: “se trata, ni más ni menos, como lo dijimos en el Pacto por México, de recuperar la rectoría del Estado sobre el sistema educativo nacional en su conjunto (…) recuperarlo de una camarilla que, durante décadas, fácticamente se fue apoderando, adueñando del sistema educativo nacional”.
El presidente aseguró que se necesitan reglas claras para el ingreso de los docentes a la planta laboral y mecanismos de evaluación que aseguren su justa permanencia en el puesto: “los buenos maestros tendrán la oportunidad de ascender con base en sus méritos profesionales. Esta iniciativa ya había sido presentada por el PAN y el PRD en la administración anterior pero había sido frenada precisamente por el PRI.
La coordinadora de Nueva Alianza dijo que no se opondrían a la reforma pero que habría que evaluar no sólo a los profesores sino también a las autoridades encargadas de la educación, empezando desde luego con Chuayffet.
La reforma propuesta por Peña Nieto pone de manifiesto el lamentable estado en que se encuentra la educación, es decir, tener que asentar en la constitución que “Serán nulos todos los ingresos y promociones que no sean otorgados por la ley”, osea, decir que será ilegal violar la ley, ya nos habla de que el músculo político del SNTE ha logrado acostumbrar al magisterio, durante décadas, a una dinámica del proteccionismo ilegal alejado de cualquier noción básica de lo que un sindicato debe hacer y que tanto daño le ha hecho al país.
La reforma que propuso Peña Nieto es veneno para la maestra; el problema es lograr doblegar a uno de los sindicatos más poderosos del país. Es cierto que el SNTE propuso la evaluación obligatoria de los maestros, pero ahora las condiciones son diferentes. La evaluación es estatal, proviene de un organismo que, de aprobarse la reforma, tiene una autonomía que en teoría no debería ser tocada por el sindicato.
¿Se estará terminado la era de Elba?