De los creadores de “le entregó a Jesucristo la ciudad de Monterrey”, llega un acto que atenta contra la laicidad del Estado en iguales proporciones. Claro, sin que esto moleste a muchos de los católicos ciudadanos.
En acto que podría tomarse como “ayúdame Superman, porque yo ya no sé cómo hacerle”, esta vez el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez , fue quien acudió a una ceremonia religiosa en su calidad de mandatario para consagrar “a Dios y a su voluntad” su chamba y el destino de Guanajuato. Esto el pasado sábado, en un auditorio de León, en el cual se llevó a cabo la conmemoración de los 100 años de la aparición de la Virgen de Fátima.
El gober panista -que se hizo acompañar del presidente municipal de la capital del calzado, el también panista Hector López Santillana- puede verse en video cual niño haciendo su primera comunión, con micrófono en mano, entregándose por completo a la voluntad del Señor para beneplácito de todos los presentes al evento religioso:
Entrego a Dios y a su divina voluntad todo lo que somos y todo lo que tenemos en el estado. Al hacer esta consagración, de manera humilde reconozco y pido perdón por las fallas que he tenido en mi pasado.
Aunque ahora lo vemos dándose golpes de pecho, recordemos que hace sólo unos meses, Márquez Márquez se encomendaba a Dios, pero para no ser tan señalado por comprar 260 hectáreas que se habrían vendido al triple de su valor para la instalación de la empresa Toyota.
Además, el gobierno del panista también estaba en la mira por las posibles irregularidades en la adquisición de mil 120 millones de pesos en medicinas… pues ya saben, por eso de las licitaciones. Para su suerte, en aquellas épocas quien más llamaba la atención era el endemoniado Javier Duarte, quien ni rezándole al santo de su devoción pudo contener la ola de señalamientos que llevó a presionar a las autoridades para su detención.
No es la primera vez que el exseminarista se encomienda a Dios en público. Cuando se venían las elecciones para presidente en Estados Unidos, Márquez Márquez pidió a sus gobernados que se encomendaran al Santísimo para evitar que Donald Trump ganara los comicios. Pero hombres sin fe, nadie hizo caso y vean lo que pasó.
Quizás por eso, ahora lo hizo por cuenta propia: “Le pido a Dios que nos apoye a cambiar todo lo que no sea de Él. Yo, Miguel Márquez Márquez, como Gobernador del estado de Guanajuato, declaro este juramento delante de Dios, del pueblo y de María Santísima. Amén”.