El Monte Everest, con sus casi 9 mil metros de altitud sobre el nivel del mar, es uno de los retos más peligrosos para quienes se proponen llegar a la cima.
De acuerdo con los registros, desde 1992 –fecha en que se registraron las primeras muertes en el Everest– son más de 200 montañistas los que han perdido la vida en la cima de este gigantesco monte.
Gracias al calentamiento global, los glaciares de la zona y la nieve se están derritiendo con preocupante velocidad, situación que deja al descubierto los cadáveres de escaladores que hasta la fecha permanecían enterrados en el frío extremo.
El expresidente de la Asociación de Montañismo de Nepal, Ang Tshering Sherpa, explicó a CNN que desde 2008 su compañía ha encontrado siete cadáveres, algunos de los cuales pertenecen a una expedición británica llevada a cabo en la década de 1970.
En este sentido, autoridades de la Asociación Nacional de Guías de Montaña de Nepal afirmaron que en algunas partes del monte los glaciares se están derritiendo a un ritmo de un metro por año. Es por ello que cuando encuentran cadáveres y los pueden sacar del hielo, los llevan a las ciudades. Sin embargo, si por el estado o el congelamiento no es posible sacar el cuerpo, oran por ellos en el lugar y los cubren de rocas o nieve.
De acuerdo con datos de The Himalayan Database, retomados por la BBC, desde 2010 se registró la muerte de 72 personas, la mayoría de las cuales ocurrieron por avalanchas o caídas.
Las otras causas son mal de altura o agotamiento. Es por eso que el rescate de los cuerpos se vuelve muy complicado.
Una cima es conocida como la “montaña asesina”. https://t.co/FtpkCiYC7p
— BBC News Mundo (@bbcmundo) 22 de marzo de 2019