El pasado 8 de noviembre Hillary Clinton, la candidata del Partido Demócrata, llegaba a las elecciones presidenciales como clara favorita para alzarse con la victoria. Algunos medios incluso le daban más de 80% de posibilidades de instalarse en la Casa Blanca y convertirse en la primer mujer en hacerse cargo de la Presidencia de Estados Unidos.
El resultado todos lo conocemos: Donald Trump, como un completo underdog, se impuso en las preferencias a contracorriente y resulto electo como el próximo presidente estadounidense. Hillary mantuvo en vilo a sus seguidores y no ofreció discurso ni posicionamiento algunos sobre el triunfo del empresario neoyorkino.
En su lugar salió John Podesta, su líder de campaña, a recomendarle a los asistentes al evento a “irse a dormir”. La ex secretaria de Estado reapareció un día después para reconocer la derrota: “esto es doloroso y lo será por un buen tiempo”, dijo Clinton en su discurso. Y desde entonces había estado alejada de los medios de comunicación.
La experimentada demócrata reapareció hoy en un evento de beneficencia de la organización no gubernamental Children’s Defense Fund. La otrora aspirante presidencial ofreció unas palabras: admitió que no fue fácil para ella asistir al evento y que —por momentos— no ha querido salir de su casa. Y se dijo decepcionada de los resultados en las elecciones “mucho más de lo que pueda expresar”.
Para Hillary las cosas no han sido tan fáciles después de la victoria del empresario neoyorkino… según su discurso, durante la última semana todo lo que quería era descansar acompañada de un buen libro o sus perros y no dejar la casa. Seguramente la inesperada derrota, de acuerdo con la gran mayoría de las encuestas y los pronósticos, será un episodio duro de superar para la exsecretaria de Estado.
¿O ustedes que opinan?
