“¿Por qué quiero ser presidente? Porque nuestro país merece estar mejor, porque quiero cambiar a México, esas fueron las palabras de Enrique Peña Nieto que quedaron grabadas en un promocional con motivo de su campaña presidencial en 2012.

Llegamos a 2018 y mientras comienza la cuenta regresiva para que el sexenio de EPN termine, uno de los temas que han hecho ruido es el precio de la gasolina.

Vale recordar que este asunto, el gasolinazo, lo heredó de la gestión de Felipe Calderón (2006-2012) —cuando en un intento por amortiguar las finanzas públicas, se propuso que la gasolina tuviera un alza en sus precios, por ahí de nueve a once centavos, de manera mensual—.

Ante los gasolinazos, una vez en el gobierno, EPN prometió su contención.

Pero, ¿realmente lo logró?

En diciembre de 2012, la gasolina oscilaba en estos precios:

La Magna tenía un costo de 10 pesos con 81 centavos.

La Premium costaba 11 pesos con 37 centavos.

Y el Diésel tenía un costo de 10 pesos con 90 centavos.

Así que el equipo de EPN propuso una reforma para “transformar” el sector energético y abrir la industria.

La Reforma Energética

Once reformas estructurales entraron en el tablero de la política y economía de nuestro país. En contexto del Pacto por México, en el que los partidos políticos en el Congreso de la Unión se comprometieron a apoyar estas reformas “innovadoras”.

Se trataba de la Reforma Energética, Reforma en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, Reforma en Materia de Competencia Económica, Reforma Financiera, Reforma Hacendaria, Reforma Laboral, Reforma Educativa, Código Nacional de Procedimientos Penales, Nueva Ley de Amparo, Reforma Política-Electoral y la Reforma en Materia de Transparencia.

Pero fue la Reforma Energética una de las más polémicas al cambiar el modelo que México seguía desde los tiempos del presidente Lázaro Cárdenas —con la expropiación petrolera en 1936 puso un alto a la participación de las compañías extranjeras en la explotación y producción del petróleo mexicano—.

¿Cuál era la razón de la polémica?

La Reforma de EPN —promulgada en 2013— fue promovida como “una oportunidad histórica” para que México aprovechara sus recursos energéticos, de manera eficiente y económica.

Y con la Reforma Energética se abrieron las puertas a compañías extranjeras en la explotación y extracción del petróleo, así como su participación en el sector energético, tareas que le tocaban a Pemex y CFE “encargada de controlar, generar y comercializar la energía eléctrica” en nuestro país—.

Entre otras cosas, uno de los beneficios que prometían era la contención del costo de los energéticos, “en el apoyo a la economía familiar mediante la disminución del precio de la luz, del gas y de los alimentos, así como la creación de empleos de calidad… y un mejor servicio en el abastecimiento de combustibles.

¿Cómo?

De la mano con la Reforma Hacendaria, al liberar el precio de la gasolina mexicana, mediante la participación de compañías extranjeras en las distribución de este producto. Es decir, Pemex soltaba el “monopolio”  y una vez que otras compañías le entraran a la venta se eliminaría el aumento mensual de los precios.

Liberación de la gasolina

Pero, en realidad, se trataba de una quimera, ya que el gobierno federal dejaría de tener el control de los precios y estos serían determinados por variables como: el tipo de cambio, los costos de refinación o los precios internacionales del petróleo.

El gobierno apostó por fijar el IEPS —Impuestos Especiales sobre la Producción y los Productosa la gasolina para terminar con los subsidios mensuales, pero esto ocasionó otros problemas.

Diego Castañeda, economista por la University of London, explicó en Geekonomía: ¿Cuál es el problema con la gasolina en México?, que la liberación permitiría que las fuerzas de la oferta y la demanda en el mercado operaran de manera libre, pero esta apuesta tenía un riesgo:

Para que funcionara, México debía tener condiciones para poder competir. Y, ¿adivinen qué? No los tenía. De acuerdo con la COFECE —Comisión Federal de Competencia Económica— en el país no existía una infraestructura para el transporte y almacenamiento de combustibles, había monopolios regionales y no existía una homologación de normas de calidad ambiental, por aquello de la gasolina importada de mala calidad.

Las consecuencias de estas fallas se vieron reflejadas justo en el año de la liberación del precio de la gasolina.

2017

Desde que EPN asumió el poder, en un periodo de cuatro años, de acuerdo con Proceso, la gasolina Magna aumentó cinco pesos con 18 centavos, la Premium seis pesos con 42 centavos y el Diésel seis pesos con 15 centavos.

Para enero de 2017, los precios oscilaban en:

Gasolina Magna 15 pesos con 99 centavos.

Premium 17 pesos con 79 centavos.

Y el Diésel 17 pesos con cinco centavos.

Sin embargo, el primer mes de 2017, los mexicanos y mexicanas se vieron sorprendidos ante un nuevo escenario: precios elevados en distintas zonas del país, sin que fueran controlados por el gobierno.

Para su contención, el gobierno —mediante la Comisión Reguladora de Energía—dividió a los estados del país en zonas económicas para estipular un precio base, en los que ha operado la oferta y demanda con la participación de otras compañías como Oxxo Gas, ExxonMobil, Coppel y hasta Shell.

Finalmente, aquel mes también dejó protestas y manifestaciones por parte de la sociedad, ante las noticas falsas sobre saqueos en tiendas de autoservicio y el huachicoleo —la toma clandestina de combustible—.

El resultado

Si bien la OCDE —Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos— había recomendado a México olvidar los subsidios e incrementar el precio de la gasolina, la crítica que lanzó fue con respecto al tiempo en que tardó para llevarlo acabo.

Esto propició que México continuara rezagado y con la corrupción en el sector, hacer frente a las variables que definen los precios resultó una tarea compleja, pues el salario de los mexicanos no compensa este gasto.

Captura de pantalla: gasolinamx.com

Hoy en día el precio promedio, en México, de la gasolina magna está en 19 pesos con un centavo, la Premium cuesta 20 pesos con 55 centavos y el Diésel tiene un precio de 20 pesos con tres centavos.

En lo que va del sexenio, el costo de la gasolina aumentó, tomando en cuenta diciembre de 2012, de la siguiente manera:

Magna: ocho pesos con 29 centavos.

Premium: nueve pesos con 18 centavos.

Y el Diésel: nueve pesos con cuatro centavos.

Es decir, la gasolina magna aumentó 76.6%, la gasolina Premium, 80.7% y el diésel 83.7%.

Así que en el gobierno de EPN, antes y después de la Reforma Energética y Hacendaria, no se logró reducir el impacto del costo de la gasolina en la economía de los mexicanos y, finalmente, no se dieron los resultados que el equipo de Peña Nieto vaticinaba.

***

En lugar de cantarle Las Golondrinas, aprovechamos la oportunidad de despedir a Enrique Peña Nieto como se debe: contándoles los datos que él no nos va a decir. El ContraInforme son los datos que seguro deberías conocer antes y durante el Sexto Informe de la presidencia del priista. No vaya ser que entre tanto spot se nos escapen.

Búscalos por acá, de hoy hasta que “El Tlatoani” de su último mensaje este lunes.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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