Hace unos meses publicamos una nota sobre el que es considerado como el primer sitio web de la historia. Actualmente este sitio se encuentra fuera de circulación, pero ya hay planes para regresarla al ciberespacio.

En 1989, el físico Tim Berners-Lee, científico del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) comenzó los preparativos para el lanzamiento de lo que con el tiempo, sería conocido como el primer sitio web de la historia. En realidad lo que Berners-Lee se planteaba, era el desarrollo de un sistema para el intercambio de información entre científicos de distintos laboratorios y universidades del mundo entero. Así podrían leerse y publicarse documentos por medio de enlaces.

Este primer sitio era muy precario. Consistía en páginas blanco y negro, con links de color azul para acceder a otros documentos. Cuatro años después, por medio de una declaración CERN autorizó que esta tecnología se utilizara de forma libre y gratuita. Esta decisión sería crucial para el futuro.

Sin embargo, este sitio tuvo una vida breve.

“No existe el primer sitio web porque se escribió sobre él. Existió durante un tiempo muy limitado, quizás unos meses, unos días o tal vez horas”, comentó Cian Micheal, quien forma parte de un proyecto del propio CERN para traer ese primer sitio de vuelta como parte de la celebración del vigésimo aniversario del libre acceso a Internet.

La única copia salvada de este sitio es de 1992 y puede verse dando clic aquí. Sin embargo, existe otra copia de 1991, pero se encuentra localizada en una computadora bloqueada, perteneciente a Paul Jones, profesor de la Universidad Chapel Hill.

En palabras de Dan Noyes, jefe de seguridad del proyecto para recuperar este sitio…

“Internet y la web crean grandes cantidades de información, pero también la destruyen. Son medios poderosos, pero frágiles al mismo tiempo. El olvido de una simple contraseña provoca la pérdida de valiosa información. Desafortunadamente, la computadora Next de Jones se encuentra bloqueada por una palabra de acceso que él mismo olvidó y expertos informáticos están actualmente intentando recuperar esa información”

Se sabía de la existencia de otro disco duro con una de las copias de esta web, pero fue robado (o extraviado, nadie sabe bien) en un hotel.

Para Noyes, buscar recuperar esta página vale la pena, pues hará que los usuarios descubran la importancia y fragilidad de la información virtual.

“Si personas famosas como Shakespeare hubiesen vivido en la era tecnológica, toda la información que conocemos de ellos por su correspondencia se habría perdido para siempre por no conocer una palabra de acceso”, señaló Noyes, quien puso como ejemplo las cartas de amor que han sido mandadas vía mail, y que podrían perderse a causa de la perdida de una contraseña.

Ya veremos si logran recuperar este primer sitio web.

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