Lo que necesitas saber:

Según el gobernador de Michoacán, además de los ocho escoltas que eran, supuestamente, de la entera confianza de Carlos Manzo, 14 miembros de la Guardia Nacional también "protegían" al alcalde de Uruapan al momento de su asesinato.

El descontento y la indignación por el asesinato del alcalde de Uruapan no ha disminuido y parece que antes de resolverse el crimen de Carlos Manzo, las autoridades primero quieren revisar bien por qué fue abatido el agresor… que igual y eso ayude a resolver todo el crimen.

Hay dos razones que llevan a la fiscalía a voltear hacia los escoltas de Manzo

Algo que hubiera estado mejor escuchar del fiscal del Estado, lo vino a decir el nada popular Alfredo Ramírez Bedolla: que los escoltas de Carlos Manzo están contemplados en una línea de investigación del asesinato que ha provocado sendas manifestaciones.

De acuerdo con el “gober” michoacano, la fiscalía local tiene en la mira a los escoltas de Manzo por dos razones, principalmente: por, aparentemente, haber disparado en contra del asesino del alcalde de Uruapan cuando ya estaba neutralizado (cosa que, a la postre, causó el fallecimiento del joven sicario)…

Foto: @CarlosAlbManzo

Y la segunda razón por la que son investigados los escoltas de Carlos Manzo es para saber por qué se “distrajeron” tanto como para permitir que el asesino rompiera el círculo de seguridad que, supuestamente, protegía al alcalde.

Había 22 elementos “protegiendo” al alcalde de Uruapan el momento de su asesinato

En pocas palabras, si el crimen en contra de Manzo tiene que ver con el crimen organizado (como lo dijo hace unos días el fiscal de Michoacán), hay la sospecha de que los escoltas del alcalde de Uruapan pudieron haber “trabajado” para dicho grupo.

Foto: @CarlosAlbManzo

“Las líneas de investigación están abiertas en todos los sentidos”, aseguró el gobernador de Michoacán, mencionando que lo anterior sólo representa la parte material del homicidio… hay que ver, igual, cuál fue el móvil, es decir, por qué se ordenó el asesinado de Carlos Manzo. 

 De acuerdo con éste, la noche del asesinato del alcalde de Uruapan, su seguridad estaba compuesta por ocho escoltas de su entera confianza (primer círculo de seguridad), además de 14 elementos de la Guardia Nacional (segundo círculo).

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