Javier Duarte de Ochoa llegó a la Ciudad de México, proveniente de Guatemala, el pasado lunes 17 de julio. Y desde entonces el flujo mediático se ha arremolinado alrededor de su figura. El seguimiento superficial a los pasos de Javidú parecieran ser obra de un marcaje personal de un defensa central férreo. Sabemos a qué hora abandonó la cárcel en tierra guatemalteca, a qué hora arribó a México, qué llevaba en su mochilita, por qué la Procuraduría General de la República pixeleó su rostro en las fotografías, la frase que esgrimió antes de dejar su celda, que en Guatemala dejó el look hipster y la barba, que el exmandatario padece depresión y ansiedad y que hasta, como tituló El Universal en una nota, el exgobernador acusado por lavado de dinero y delincuencia organizada ha dejado “momentos cómicos”. Fíjense, nomás.

Al parecer sabemos todo sobre el proceso de Javier Duarte, salvo lo importante. Si no fuera por la detallada crónica que publicó el portal Animal Político, no sabríamos del desastre que fue la irrisoria e indignante audiencia inicial de Javidú ni de la inoperancia de los fiscales de la PGR.  El día de ayer, 18 de julio, el periodista Arturo Ángel compartió alguna impresiones sobre la primera audiencia de Javidú en el Reclusorio Norte. Gracias a su relato supimos que los fiscales de la PGR fueron incapaces de presentar acusaciones concretas y señalamientos específicos contra el exgóber. Nos enteramos de que la sesión estuvo llena de fallas e irregularidades y que el caso se está cayendo. Sólo por poner un dato: al político de extracción priista se le acusa del lavado de más de 438 millones de pesos, pero la procuraduría sólo ha sido capaz de explicar  —o sólo ha querido explicar— de dónde salieron 38.5 millones de pesos.

De acuerdo con Animal Político, la PGR pedirá más tiempo al juez de control para conseguir los indicios necesarios para acusar formalmente y llevar a juicio a Javier Duarte de Ochoa. El plazo que solicitará la procuraduría para terminar de integrar su carpeta de investigación es de seis meses. La solicitud sólo procederá en caso de que el próximo sábado, durante la segunda audiencia de Duarte, el juez encargado del caso considera que los datos iniciales ameritan abrir un juicio en contra de Javidú. El juez tiene la facultad para decidir el plazo en el que se enriquecerá la investigación. Es decir, si se dan los seis meses solicitados por la PGR o si, de plano, optan por un periodo menor a este. La procuraduría, dirigida por Raúl Cervantes Andrade, identificó en Suiza algunas cuentas bancarias que estarían vinculadas a presuntas operaciones de lavado de dinero de Duarte (entonces sí se puede). El problema es que hasta el momento no han podido acceder a ellas y a sus movimientos (entonces no se puede).

Javier Duarte de Ochoa arriba a la Ciudad de México
Foto:Notimex/PGR

La PGR ya solicitó la colaboración de autoridades suizas para desenmarañar la presunta trama de corrupción del exgobernador Duarte de Ochoa. La procuraduría cree que tan sólo a través de Consorcio Brades, una empresa fantasma que era financiada con fondos provenientes de otras empresas fantasma que, a su vez, recibían dinero de algunas dependencias de la administración de Duarte, se lavó el origen de 223 millones 896 mil pesos del erario. Con esta feria se compraron joyas, varias propiedades y hasta un yate. “Hemos solicitado la asistencia internacional para ver el flujo de recursos hacia esas cuentas pero hasta ahora no hemos conseguido esta información”, aceptó uno de los fiscales en la audiencia inicial.

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