Como un reconocimiento a su quehacer literario, el día de ayer, el escritor y periodista mexicano Juan Villoro fue nombrado miembro de El Colegio Nacional.
En un evento solemne en el que se encontraban familiares y amigos de Villoro, así como miembros de El Colegio Nacional, el escritor fue reconocido como parte de esa institución, que vale la pena recordar, sólo tiene un máximo de 40 personajes sobresalientes de las humanidades, las ciencias y la cultura de nuestro país. De hecho, esta es la primera vez que en el grupo coincide algún padre e hijo, pues el filósofo Luis Villoro, padre de Juan, fue ingresado en 1978.
La ceremonia fue realizada en el Aula Magna de El Colegio Nacional, ahí, Villoro agradeció el poder estar en esa institución junto a su padre, e incluso bromeo con la idea de encontrarse con él en esas circunstancias.
“Cuando yo estaba en el colegio y llamaban a mi padre siendo yo niño, eso no era una buena noticia”.
Al inicio de la ceremonia, Villoro recordó al poeta José Emilio Pacheco, fallecido hace unas semanas y quien iba a presidir la ceremonia.
Para él, la partida de Pacheco…
‘‘… nos ha obligado a recordar que la literatura es la más asombrosa manera de conversar con la muerte”.
Su discurso llevó por título Históricas pequeñeces. Vertientes narrativas en Ramón López Velarde: un clásico revisitado y giró en torno a ese poeta que el 15 de junio de 1921 alcanzara la inmortalidad después de que José Vasconcelos editó 60 mil ejemplares de la revista El Maestro, en donde venía el poema La Suave Patria.
Para Villoro, toda la narrativa del siglo XX estuvo acompañada de un lenguaje poético por medio de los nombres de Navokov, Proust, Ramón del Valle Inclán, Thomas Mann, Onneti, Juan Rulfo, Faulkner y Joyce. En ese sentido, el autor de Llamadas de Ámsterdam se preguntó si “¿existe una línea de fuerza entre López Velarde y Joyce o se confunde el efecto con el efectismo?
Si bien, ambos autores jamás se conocieron y en apariencia son muy distintos, para Villoro sus obras coinciden en ciertos puntos…
“Tanto el sistema de comparaciones, la exploración de las posibilidades naturales del habla, la mitologización de lo cotidiano y la libertad rítmica del lenguaje, emparentan a ambos autores.
(…) Me pareció importante reflexionar desde la narrativa de este poeta, sobre todo, porque a veces se piensa que la prosa y la poesía son géneros totalmente apartados, y creo que no hay manera de escribir narrativa sin tener un sentido poético”.
Al final de su discurso recibió una fuerte ovación. El encargado de contestar fue el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien destacó la trayectoria literaria y los premios obtenidos por el también autor de Arrecife, Materia Dispuesta, La noche navegable o El libro Salvaje, entre otras obras.
Por su parte, Luis Villoro dijo sentirse honrado y satisfecho con el ingreso de su hijo a El Colegio Nacional.
Aquí padre e hijo:
