La enfermera escocesa, Pauline Cafferkey, quien contrajo ébola en Sierra Leona en 2014 mientras trabajaba como voluntaria y fue dada de alta a principios de este año, ahora se encuentra en “estado crítico” por la misma enfermedad. Según el comunicado del hospital Royal Free de Londres: “Lamentamos anunciar que su situación ha empeorado”
Cafferkey está siendo atendida por el mismo equipo que la había asistido en un principio en la “unidad especial de alta seguridad”, creado para los potenciales brotes en el Reino Unido del ébola, pero sus familiares han denunciado que el tratamiento ha tenido una demora y que desde los primeros síntomas ella asistió a una consulta pero fue enviada a casa de regreso.
Además, las 58 personas con las que Cafferkey tuvo contacto en los últimos días están bajo “vigilancia especial” por posible contagio. Aunque las autoridades dicen que es muy bajo el riego, ya que se transmite sólo a través de fluidos.
Esta enfermedad ha cobrado ya 11.312 vidas y ha infectado a 28.467 personas, aunque la Organización Mundial de la Salud cree que los datos reales podrían ser tres veces estas cifras. Además, el caso de Cafferkey llega justo cuando no se han reportado nuevos casos de ébola en dos semanas.