Con el pretexto de la visita de Kraftwerk a la Ciudad de México como headliners del Corona Capital 2016, creamos una ficción sobre cómo imaginamos que los alemanes salvaron a la humanidad a partir de la música electrónica.

¡Qué la disfruten!

 

Kraftwerk en el CC16

 

Todo comenzó cuando Florian Schneider y Ralf Hütter –dos hombres provenientes del espacio–, analizaban a la raza del Planeta Tierra de 1960. Estaban muy preocupados por la desilusión y pesimismo que se vivía a raíz de la Posguerra de la Segunda Guerra Mundial.

Querían hacer algo al respecto. Después de analizar sus opciones, decidieron que la música electrónica sería su arma.

 

Florian Schneider Ralf Hütter aliens.

 

Florian y Ralf estaban enterados de los experimentos de personajes como Wendy Carlos, estadounidense dedicado a los sintetizadores de principio de los 60, o de Dick Hyman, experto del Moog. Seguían la trayectoria de Stockhausen y sus obras de música concreta de principios de los 50. Y estaban fascinados por las genialidades y experimentos que hacía John Cage. 

Una idea azotó su mente, ¡inventaría el Robot pop!

 

 

Rápidamente tomaron su equipo, se uniformaron y subieron al transbordador que los trasladó a mediados de los años 60, a la Alemania del Planeta Tierra. Se hicieron pasar por estudiantes universitarios de la Robert Schumann Hochschule. Así fue como se llevaron una sorpresa, había otros como Michael Rother y Klaus Dinger (quienes después formarían Neu!) que ya estaban trabajando en una idea parecida.

 

Neu!

 

Estudiaron la popularidad de las bandas más exitosas de aquel entonces como The Rolling Stones, Jimmy Hendrix, The Doors y The Who. A partir de eso, construyeron una fórmula a la que llamaron “Kraftwerk” (Planta de energía): tomaron las notas musicales de esas bandas, y les añadieron secuenciadores, vocoders,  Orchestron Vako (instrumento de teclado), sintetizadores, antenas, vibráfonos, Korgs, mezcladoras, amplificadores, cables, fierros, y todo lo que tenían a su alcance.

 

 Ralf Hütter de Kraftwerk en acción

 

Después de conocer a la gente de Alemania y darse cuenta de la urgencia que sentían de poder identificarse con un sonido propio –más aún después de las tragedias de la guerra–, decidieron que su símbolo serían los robots: robots que piensan, robots que siente, robots que aman.

 

 

“Estamos programados para hacer lo que tú quieras quieras. Somos los robots. Funcionamos automáticamente, bailamos mecánicamente. Somos los robots.”

 

 

Amor de computadora. Otra noche más solo frente al televisor, no sé qué hacer. Necesito una cita. Amor de computadora.

 

Kraftwerk viajó por el mundo exportando su nuevo sonido proveniente de la experimentación tecnológica de los 50 y 60. Lo combinaron con ritmos digeribles y le añadieron letras que hablaban del sentir de la sociedad alemana con la que se habían encariñado mucho.

Con discos como Autobahn (1974), Radio-Activity (1975) y Trans-Europe Express (1977) representaron a un país arrepentido de los actos cometidos por el Nazismo. Esta sociedad sólo estaba buscando trascender a partir de su esfuerzo y trabajo.

 

 

“Ella es una modelo y se ve bien. Ella trabaja duro para ganar dinero. Posa para productos de consumo de vez en cuando: para cada cámara da lo mejor de sí. Ahora ella es un éxito. Quiero verla de nuevo.”

 

Si quieren conocer más sobre Kraftwerk los invitamos a revisar el documental de Simon Witter y Hannes RossacherPop Art, del 2013.  O también pueden checar el documental del 2008, Kraftwerk & The Electronic Revolution

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