Hasta hace unos días, Kevin Curtis era un hombre casi desconocido. Había trabajado como masajista y limpiador en algunas empresas. También se dedicaba a imitar a Elvis Presley. Desde ayer, saltó a la fama por ser el principal sospechoso de haber mandado cartas con sustancias toxicas al presidente Barack Obama.
Curtis nació en Tupelo, Mississippi, hace 45 años. Es un poco paranoico y tiene una obsesión compulsiva con los temas sobre corrupción política. En varios foros de internet, solía firma sus mensajes con la siguiente frase:
“Soy KC y apruebo este mensaje”.
Esa misma frase apareció en las cartas que fueron enviadas al presidente estadounidense Barack Obama y al senador republicano Roger Wicker, y que supuestamente contenían ricina (sustancia que puede ser mortal si se aspira). Gracias a este sello personal, el FBI dio con Kevin Curtis y lo arrestó en Corinth, localidad de Mississippi.
Además de la firma “Soy KC y apruebo este mensaje”, ambas cartas contenían el texto “ver algo incorrecto y no exponerlo es convertirse en un aliado silencioso de su continuación”.
En su cuenta de Facebook, Curtis aparece en varias fotos vestido como su paisano Elvis. Según él, es un gran imitador del cantante. De hecho, solía actuar en diferentes fiestas. En YouTube hay varios videos al respecto:
Pues así que digan “qué bueno es”, pues tampoco.
También era apasionado del Tae Kwon Do, y de acuerdo al análisis del contenido que ha subido a internet, también es narcisista.
Fue tal su pasión por la política que lo llevó a obsesionarse. En internet llegó a escribir:
“Estoy intentando desenmascarar a varios agentes en el seno del Gobierno, del FBI, de la Justicia y de la Sanidad (…) Todos ellos están envueltos en una conspiración para arruinar mi fama en la comunidad y en un esfuerzo para destruir la reputación que me he labrado en la escena musical”.
Otro de sus comentarios en la red, se refiere a la política invasiva de Estados Unidos.
“América ha invadido países soberanos como Vietnam, Corea, Irak, Afganistán y ahora Pakistán. Amigos. Este mundo no es un estudio de Hollywood ni un cuadrilátero de lucha. Si quieren paz en este mundo, detengan los problemas o dejen en paz a los demás. El mundo era un lugar mucho más seguro antes del 11-S”.
Kevin Curtis constantemente hacia acusaciones contra las autoridades de Mississippi, sobre todo en contra del Mississippi Medical Center, en donde trabajó como limpiador, y donde según él, un día descubrió órganos humanos cuando abrió por error una nevera. Esto último impactó tanto a Curtis, que incluso escribió una novela al respecto. La llamó “Missing parts”, pero aún no la ha publicado. Seguramente después de esto, no faltará la editorial que se ponga abusada.
Al respecto, apenas el pasado martes publicó:
“Estoy en el frente oculto de una guerra secreta. Una guerra que está generando miles de millones de dólares para organizaciones corruptas y personas relacionadas con la mafia. (Huesos, tejidos, órganos, partes del cuerpo recolectadas para el mercado negro).
Mi madre quiere que me calle. Mis hermanos me temen. Mi hermana me odia. Mis primos tienen hostilidad hacia mí (trabajan en la asistencia sanitaria). He perdido la mayor parte de mis amigos. He gastado más de $ 130,000.00 en honorarios legales a lo largo de 13 años y medio.
Quemaron mi casa, mataron a mis perros, mi gato, mi conejo. Destruyeron mi matrimonio. Ellos vinieron a mi casa, se llevaron mis equipos, me han arrestado 22 veces y ¿adivinen qué? Sigo siendo una espina en su **** corrupto”.
Antes de mandarle la carta, Curtis y el senador Wicker ya se habían encontrado con anterioridad. El mismo contó en internet lo sucedido, bajo el seudónimo de KC4Justice:
“Me lo encontré varias veces en banquetes y actos de recaudación. Pero siempre me pareció que estaba muy nervioso mientras hablaba conmigo y salía rápidamente por la puerta en cuanto le contaba lo que me había ocurrido en el hospital”.
El pasado 8 de abril, Curtis mandó una carta tanto a Wicker como a Obama, mismas que fueron interceptadas por el FBI, y que supuestamente contenían ricina.