Al mediodía de este 4 de enero de 2017, el presidente Enrique Peña Nieto ofreció una conferencia de prensa para comunicar cambios en el gabinete: el otrora titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, entró a la Secretaría de Relaciones Exteriores en sustitución de Claudia Ruíz Massieu, a quien algunos medios de comunicación posicionaban al frente de la vacante Secretaría de Cultura. Pero no, la decisión fue otra y la excanciller y exsecretaria de turismo se quedó sin puesto en el gabinete de EPN.

En cambio, en el cargo fue designada María Cristina Irina García Cepeda, una colaboradora cercana, desde 1990, del fallecido Rafael Tovar y de Teresa. García Cepeda incursionó en la función pública durante la década de los setenta y desde entonces ha participado en instituciones importantes del ámbito cultural, como el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), además de haber sido directora del Festival Internacional Cervantino y haber fungido desde 2012 como directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

61021066. México, 21 de Oct.

La polémica cubrió a la nueva titular de Cultura en octubre de 2014, cuando en un reportaje publicado en el portal SinEmbargo se le acusó de no contar con Cédula Profesional de Licenciatura. De acuerdo con la investigación del sitio periodístico, en el Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública no existe registro alguno que acredite licenciatura, maestría o doctorado de la exdirectora del INBA, aunque comúnmente se refieran a ella como “doctora”.

García Cepeda se vio involucrada en otro escándalo en septiembre de 2016, cuando se realizó un concierto del cantante Manuel Mijares en el Palacio de Bellas Artes. En sus primeras declaraciones sobre la polémica presentación del intérprete de “Soldado del amor”, la nueva titular de la Secretaría de Cultura aseguraba que había expresado su desacuerdo en que el show se realizara de manera privada y no abierta al público, además de indicar que Bellas Artes era un espacio abierto “a la diversidad de expresiones artísticas de excelencia, del país y del mundo” y que el recinto cultural no está “a la disposición del mejor postor“.

Algunos días después García Cepeda reculó respecto a sus primeras impresiones, afirmando que el concierto de Mijares había cumplido con todos los requisitos para llevarse a cabo, pues el espacio se había solicitado con seis meses de antelación. Pero la nueva secretaria de Cultura también declaró su gusto por la música del ídolo ochentero y al ser cuestionada sobre si consideraba que la obra del cantante cabía dentro del concepto “expresión artística de excelencia”, la entonces directora del INBA contestó: “Sí, pero no es cuestión de gustos, es cuestión de calidad“.

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