Quién no ha sentido que tras un largo día de estar de Godínez frente al escritorio, un intenso dolor en la espalda y ahí dónde se termina, muy similar al de una caída libre sobre un montón de piedras y después haber recibido varios rodillazos. Sí, lo sabemos, más de uno.
Pues un invento del internacional Doctor Patrik Kunzler, quien tras haber estudiado en la Universidad de Zurich, Suiza consiguió empleo en el laboratorio del Dr. Susumu Tonegawa, nada más y nada menos que el Premio Nobel de Medicina en 1987; después de investigar sobre cómo el sistema límbico influye en los pensamientos y en las acciones, diseñó una silla que por su comodidad garantiza mejorar el estado de ánimo sólo con posarlas en el asiento.
Nombró a su invención LimbIC y brinda una sensación de estar flotando en el aire que, según el Dr. Kunzler aumenta la productividad en el trabajo, pues influye en la parte de las emociones en el cerebro.
Una posible solución para la tensión, estrés y dolores, pero sólo para los que tengan unos 8 mil dólares a la mano, y si no pues habrá que probar las esferas chinas.