En esta semana, una de las máximas figuras del ciclismo, sino es que la más grande, está “en el ojo del huracán” y no sólo porque algunos de sus excompañeros hablaron sobre el dopaje, sino que además confirmaron las sospechas.
Lance Armstrong, ganador de siete títulos de la Tour de France o quizá exganador, (se le retiraron esas victorias y los mismos organizadores de la competencia son partidarios de dejar sin ganador esas ediciones) se encuentra en una de las situaciones más complejas de su carrera en el CICLISMO.
Como saben, desde hace tiempo, se le ha señalado por usar sustancias ilegales y por decir en todo momento que nunca las utilizó, pues “tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe” diría mi abuelita.
La Agencia Estadounidense de Antidopaje (USADA por sus siglas en inglés) armó un documento donde se comprueba, con base en documentos escritos, testimoniales, recetas médicas, correos electrónicos, entre otros, que el ciclista norteamericano utilizó métodos de dopaje “muy sofisticados, de alto calibre, imperceptibles y muuuy eficientes”.
Por cierto, dicho informe es de alrededor de 1000 cuartillas y si desean checarlo, denle clic aquí.
Que podamos con un solo clic dar con documentos de esta índole es algo único y sin igual. En el mundo del dopaje quedan muchas lagunas sobre si realmente deportistas recurren a sustancias o no y que la USADA ponga a la vista de todo el mundo las pruebas incriminatorias es de resaltar.
Bueno, no sólo él uso sustancias ilegales, fueron varios compañeros del equipo US Postal.
Otra cuestión que dejaría mal parado a Lance Armstrong es que siempre ha negado rotundamente que no se ha visto en la necesidad de recurrir al dopaje para competir y con estas pruebas ¿cómo podrá defenderse?
Esta historia de una de las leyendas del deporte de la bicicleta aún nos traerá muchos puntos y veremos cuál será el desenlace.
Por lo mientras, ¿ustedes qué opinan sobre esto?