En esta ocasión, Leonardo H. Waldman de @Futcafe nos comparte sus impresiones acerca del libro La vida por el futbol: Marcelo Bielsa, el último romántico, escrito por Román Iucht
“¿Qué nos pasó? Nos pasó un tiro libre… porque después fue algo inexplicable. Jugamos muy bien y creamos muchas situaciones de gol, pero no ligamos” intentaba explicar Juan Sebastián Verón cuando Argentina sale del Mundial de Corea y Japón 2002 en fase de grupos, tras una eliminatoria donde apenas perdió un partido, empató 4 y ganó 13, arrasando completamente con la CONMEBOL.
Marcelo Bielsa, explica Román Iucht en la biografía del ‘Loco’, “La vida por el fútbol”, y toda esa generación de jugadores que incluía nombres como Hernán Crespo, Killy González, Roberto Ayala, Germán Burgos, Mauricio Pochettino, Ariel Ortega, Claudio López y, sobre todos, Gabriel Batistuta, yacían inmóviles en el suelo del campo del Miyagi. Un sueño se había roto para ellos, como también para su entrenador.
“Si tengo que ponerle un rótulo a la actuación fue un fracaso”, decía a su regreso a Argentina tras la eliminación. “Si lo que quieren es un responsable y terminar con esto, el responsable es el conductor. Si realmente quieren hacer un análisis más serio, hay que revisar otros tres puntos”.
Bielsa había causado una revolución en el fútbol Argentino con su Newell’s a inicio de los años noventa con un bicampeonato y posteriormente añadiendo otro título con Vélez tras su paso en México con Atlas y América, donde desempeñó varios roles. Para cuando llegó el mundial de 2002, Argentina era una de las principales selecciones candidatas a ganar la copa por el momento que vivían varios de sus jugadores, pero principalmente porque, dirigidos por “El loco”, se veían imparables.
La eliminación le costó a Bielsa cierta credibilidad en esos años, y sin embargo, su filosofía, teoría y forma de ver el fútbol han dejado marca en varias partes del mundo, ejecutada de diferentes maneras (Mauricio Pochettino en Inglaterra, Tata Martino de cierto modo en España, donde Toto Berizzo también tendrá una oportunidad, entre otros). Jorge Sampaoli, por ejemplo, declarado discípulo de Bielsa, está dejando también una marca con la selección chilena, siguiendo a una generación que el mismo “loco” tomó y llevó hasta octavos de final en Sudáfrica 2010, después de 2 mundiales sin presencia chilena.
En 2007, cuando Bielsa toma a “La Roja”, se encuentra con un predio (donde entrena la selección, equivalente al Centro de Alto Rendimiento) en bastante malas condiciones, por lo que con pláticas que él mismo se ofreció a dar por varias partes de Chile recaudó fondos para mejorar el complejo de entrenamiento y llevar a cabo un proyecto que, con la generación de Alexis Sánchez, Matías Fernández, Humberto Suazo, Arturo Vidal, entre otros, cambió por completo al fútbol chileno, que hoy participa en el Mundial de Brasil con toda la experiencia y forma que dejó Bielsa y con las riendas en las manos de Sampaoli, uno de sus grandes “seguidores”.
“El primero (de los puntos) es el de la discusión por el estilo”, continuaba Bielsa a su llegada a Argentina tras la eliminación de 2002, “el mismo que tuvimos en los cuarenta partidos anteriores con éxito. Lo reprochable no hubiese sido mantener la conducta de seguir con ese estilo, sino traicionarlo”. Y eso, en un par de renglones, sintetiza la manera de Bielsa de entender el fútbol.
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