Para todos aquellos amantes de los pingüinos, la imagen de estas simpáticas aves trajeadas cambiará; pues ha salido a la luz el estudio realizado por el médico de una expedición al Polo Sur en 1910 y los pingüínos adelia.
El médico, George Levick, de la expedición “Terra Nova” del Capitán Scott en 1910, es el autor de una obra que el Museo de Historia Natural de Londres apenas publicó, pues lo que Levick expresa de las actividades de los pingüinos era demasiado fuerte para la época.
En su trabajo, Levick llama a los pingüinos adelia machos “depravados”. Esto se debe a que en la expedición descubrió prácticas homosexuales, abusos a polluelos y necrofilia. Pero debido a la época, el médico se horrorizó y decidió escribir todo lo sexual de sus pingüinos en griego, para evitar que el lector medio lo comprendiera.
A su regreso, Levick intentó publicar “La historia natural de los pingüinos adelia”, pero el mundo académico de aquel entonces no lo permitió.
Afortunadamente, los científicos aclaran que la necrofilia no es comparable con la necrofilia humana, pues en el caso de los pingüinos no son conscientes si una hembra vive o falleció un año anterior. Además la posición es una que excita a los machos. A todas las declaraciones de Levick, Douglas Russell, científico del Museo de Historia Natural de Londres, respondió:
Él estaba completamente escandalizado. En cierta medida, cayó en la misma trampa que una gran cantidad de personas que ven a los pingüinos como personas pequeñas. No lo son. Son aves y deben ser interpretadas como tales.
Quizá Levick, por su época, los llamó perversos. Pero por lo que explican los científicos, sólo parece que se ponen querendones.
Vía BBC Mundo