Después de la muerte de la ciclista Montserrat Paredes, quien fue atropellada el pasado martes cuando circulaba sobre Paseo de la Reforma, el tema de la seguridad de los ciclistas en las calles de la Ciudad de México nuevamente está en debate.
De acuerdo a información oficial, en el 2013 (es el dato más actualizado con el que se cuenta) hay 44 cruces peligrosos para los ciclistas, los cuales son los que reportan más incidentes y están repartidos en las 16 delegaciones del DF. Ésto, complementado con la información de accidentes del 2011, de la Dirección de Estadísticas del Servicio Médico Forense, señala los siguientes datos:
- La mayor cantidad de incidentes se dan en la delegación Cuauhtémoc, donde de hecho, se encuentra la mayor parte de ciclovías del DF.
- Las ciclovías más conflictivas son las de Chapultepec y Reforma, debido a que sus cruces carecen de la seguridad necesaria y hay un mayor número de tránsito.
- Otras vialidades peligrosas, que carecen de ciclovía pero son muy concurridas por los ciclistas son Ignacio Zaragoza, Ermita Iztapalapa, Periférico y Miguel Ángel de Quevedo.
Para la Secretaría de Movilidad, los factores que vuelven vulnerable a los ciclistas son:
- El comportamiento de los conductores de vehículos motorizados, así como la velocidad a la que circulan.
- La carencia de áreas de preferencia o circulación para los ciclistas.
- El mal funcionamiento de semáforos o la falta de ellos.
Sobre estos datos, Monserrat Narváez, de la Asociación México-Previene, señaló que son varias las causas de la problemática vial para los ciclistas del Distrito Federal.
“Si hay cruces peligrosos, pero en realidad esto es un problema a a nivel general, no hay una red integral para todos los ciclistas de la Ciudad de México. Antes de impulsar un programa de bicicleta pública es necesario que se concientice a la ciudadania, se tome en cuenta la opinión de la población, se cree la infraestructura necesaria, pues no es sólo poner las bicicletas, es importante un programa de cultura”.
En ese sentido, agregó que la imprudencia de los propios ciclistas, así como la falta de cultura vial, son otros factores a considerar en esta ecuación.
“Uno de los problemas que hemos observado es que los ciclistas no respetan los sentidos de las calles, en avenidas principales van en sentido contrario y esto no debería de ser. Además, el automovilista no sabe convivir con un ciclista, no sabe si tiene que cederle el paso, cómo lo tiene que hacer si va a dar vuelta e inclusive no sabe la distancia que debe haber entre la bici y el automóvil”.
Y entonces, ¿qué hacer?
Sergio Rodríguez, de la asociación de ciclistas Bicitekas, una de las medidas para disminuir el número de accidentes es la difusión del nuevo Reglamento de Tránsito y el cumplimiento de ciclistas y automovilistas de las normas que en éste se estipulan. Afirma que…
“Todos los que utilicemos las vialidades para transportarnos en bicicleta debemos estar capacitados, Ecobici debe capacitar a sus usuarios porque para transitar en la ciudad se requiere existencia, saber cómo usar las vías compartidas. Los factores que podrían mejorar la seguridad vial son la infraestructura, la cultura y el reglamento”.
Como vemos, el que haya menos percances viales de ciclistas no es sólo chamba del gobierno, sino de todos. Lamentablemente el tema solamente entra a debate cuando ocurren accidentes mortales, mientras tanto, ciclistas, peatones y conductores viven bajo la Ley de la Selva.