“Seré uno más entre los franceses”, así ha terminado Nicolas Sarkozy con cinco años al frente del Gobierno de Francia.

El enfant terrible de la derecha francesa fue derrotado por el socialista François Hollande. Dicen los rumnores que Henry Guaino, el encargado de redactar los discursos de Sarkozy sólo escribió el de la derrota. Pocos, por no decir que ninguno de sus colaboradores más cercanos, esperaba otra cosa para el hombre que durante diez años, primero desde el Ministerio de Economia y luego desde los Eliseos, dirigió el gobierno de la segunda economía de Europa.

Hollande desarmó en la semana la última oportunidad de Sarkozy por remontar en las encuestas. Con inteligencia, humor y sangre fría el candidato de la izquierda francesa respondió a cada uno de los embates de Sarkozy y la prensa nacional e internacional declararon a Hollande triunfador del debate entre los dos candidatos.

Pero Sarkozy no perdió la elección frente a las cámaras. Cinco años de crisis y el fracaso de la “refundación del liberalismo” -la promesa con la que llegó a la presidencia en el 2007-, el acercamiento a la ultraderecha, su comportamiento errático frente a la inmigración y su escandalosa vida privada le han vencido en las urnas.

Francia ha votado a favor de Hollande y la esperanza de que un nuevo paquete de medidas económicas que salven a Europa de la crisis y permitan mantener el estado de bienestar frances, el máximo orgullo de la República y uno de los sistemas sociales más caros del mundo con un presupuesto cercano al 50% del PIB total del país. Francia ha votado contra las medidas económicas impuestas por la Alemania de Angela Merkel y el Fondo Monetario Internacional.

“No más austeridad” ha sido el grito más coreado por los simpatizantes de Hollande en la plaza de la Bastilla durante la celebración del triunfo socialista.

Los ojos de Europa nos miran…

La frase anterior ha sido las primeras palabras en el discurso de Hollande quien con poco más del 51% de los votos enfrentará la complicada tarea de frenar la política de austeridad Alemana, reactivar el crecimietno ecónomico y abordar el tema de la inmigración y la unidad en una nación fragmentada por el ultranacionalismo y la xenofobia.

La victoria de Hollande reconfigura el espectro político de la vieja Europa sumida en los últimos dos años en los ultranacionalismos y la amenaza del fin del Euro. Hollande ha sido votado por los franceses pero los ojos de toda Europa lo miran sin parpadeos.


Le discours de Hollande à Tulle après sa victoire por LeNouvelObservateur

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