Resta una semana para conocer al campeón de la Fórmula Uno. Lewis Hamilton y Nico Rosberg disputarán hasta la última curva de Yas Marina los puntos necesarios para levantar el título de esta campaña. El británico lleva la mano, pero parece no saber dar el tiro de gracia a la hora buena.
Hamilton no es el más confiable a la hora de llevar ventaja sobre sus oponentes, esta será la tercera ocasión que se le presenta la oportunidad de campeonar, a sabiendas de que en las dos ocasiones pasadas no pudo con la presión y sucumbió ante sus rivales.
Cuando corría para McLaren, el inglés tuvo en 2007 y 2008 dicha oportunidad la cual jamás aprovechó. En el primer caso le sacaba 4 puntos a Fernando Alonso; perdió. En la segunda le sacaba 7 a Felipe Massa; ganó el título, pero no pudo actuar de buena manera en la carrera final.
En 2007, Interlagos era el escenario idóneo para que el hoy líder ganara. Estaba arriba de Alonso y Kimi, únicamente tenía que ganar y no lo hizo. Salió mal desde la arrancada, hubo malas estrategias en su equipo y jamás pudo recuperarse. Ferrari se llevó el campeonato; el último desde la era Schumacher.
Un año más tarde se le volvió a presentar una situación similar, en este caso contra Massa. Al inglés le bastaba con llegar dentro de los cinco primeros lugares y sería feliz; pero el sufrimiento se hizo presente; Massa llegó primero, Hamilton quinto casi de milagro y así se terminó una historia en la que la última carrera fue fatídica.
Sin lugar a dudas Lewis no ha sabido rematar a sus rivales, los ha tenido a modo y no ha podido. En Abu Dhabi se le presenta de nuevo una oportunidad para convertirse en el mejor, pero tiene enfrente a Nico, y lo peor de todo, la doble puntuación en su contra.