Luego de andar un buen rato como si nada, para Tomás Yarrington será tiempo de hacer maletas… o entregarse.
Tras contar con orden de aprehensión que data desde finales del sexenio pasado –cortesía de Maricela Morales, actual cónsul de México en Milán-, ayer por fin la Procuraduría General de la República se decidió y negó en definitiva cualquier tipo de protección para el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington.
¿El resultado? Una orden de aprehensión a ejecutarse ya, por sus presuntos nexos con los cárteles de del Golfo y Los Zetas.
Así que si el ex gober de Tamaulipas no desea entregarse para que se le haga el proceso correspondiente, tendrá que cuidarse de las autoridades federales y de paso de elementos de la Interpol en 189 países, donde también podrá ser detenido.
Recordemos que desde el 2012 la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) había presentado acusaciones en contra de Yarrington por recibir enormes cantidades de dinero de los mencionados cárteles para proteger sus operaciones, acusaciones que fueron corroboradas por cuatro testigos.
Además, en Texas, Yarrington compró con recursos de dudosa procedencia y -por si fuera poco- por medio de prestanombres, varias propiedades, por lo que el Departamento de Justicia presentó dos demandas para efectuar el decomiso de los bienes, razón por la que Departamento solicitó a México información para integrarla a sus procesos.
Casi dos años después de estas acusaciones, el juez del Juzgado Cuarto de Distrito en Tamaulipas consideró que existen elementos para culpar a Yarrington por cometer delitos contra la salud, por lo que negó el amparo al ex gobernador y será ejecutada la orden de aprehensión que fue librada por el juez segundo de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales.
*Vía Proceso