El hombre ha co-existido con la naturaleza desde que éramos simples Australopithecus hasta la actualidad. Una relación que no siempre ha sido de respeto, pero en la medida de lo posible tratamos de predecir los desastres naturales para que las pérdidas humanas sean menores.
Estos están a la orden del día, ya sea una inundación en el sur de Estados Unidos o el terrible terremoto en Nepal, es algo a lo que estamos expuestos continuamente. Esta convivencia ha llegado a reflejarse en el cine, en una especie de “sub-género” sobre desastres naturales: Pico de Dante, Volcano, El Día Después de Mañana, Lo imposible (la del Tsunami), hasta Pompeya, y ahora llega Terremoto: La Falla de San Andrés.
La premisa es simple, como en este tipo de películas, un terremoto a todo lo largo de la Falla de San Andrés (que corre prácticamente por todo el estado de California). Comienza en Los Ángeles para terminar en San Francisco, donde según la línea narrativa de la cinta, es donde se sentirá con más fuerza.
En este tipo de filmes se debe meter una línea emocional, sino se vuelve un documental de dos horas, de esos que realmente poca gente disfruta. Es aquí donde entra el personaje de Ray interpretado por Dawyne Johnson -que es parte del departamento de rescate en helicópteros del departamento de L.A.-, quien después del terremoto debe viajar hasta San Francisco junto con su ex-esposa, Emma (Carla Gugino) para rescatar a su hija Blake (Alexandra Daddario). Porque claro ¿qué sería de una película de este tipo, sin la premisa de salvar al ser que más amas en el mundo superando a la madre naturaleza?
Hemos visto a The Rock en todo tipo de situaciones de acción, utilizando sus músculos para romper yesos y pelear con Vin Diesel. Pero para el actor está película implicó una preparación más que física, pues ser un rescatista no es cosa fácil (pregúntenle a Los Topos). Durante una entrevista esto fue lo que nos platicó de su entrenamiento:
Para esta película se realizó mucha investigación en el transcurso de meses, es lo más intenso que he hecho hasta ahorita, aquí hubo una preparación en muchos niveles.
Pasé mucho tiempo con rescatistas y pilotos en Australia y Los Ángeles, aprendiendo cómo volar un helicóptero, usar los instrumentos, hacer paracaidismo, usar un bote militar en el agua, etc. Esta película fue diferente porque conviví mucho tiempo con mujeres y hombres reales que se dedican a esto todos los días de su vida, fue un gran tiempo de calidad. Estos rescatistas -como Los Topos aquí en México- son un grupo único de personas.
Está ese aspecto, pero también esta el lado fascinante de la ciencia. Toda la asesoría científica fue necesaria, porque queríamos hacer una película que no fuera sólo espectacular, grande y con efectos especiales, sino que también tuviera bases científicas fuertes. Trabajamos con los mejores sismólogos en el mundo. Desde la Universidad del Sur de California y CALTECH, lo que que ellos hacen es increíble. Revisaron el guión muchísimas veces y decían “no esto no es posible, esto tampoco”, pero cuando terminaron de revisarlo nos dijeron que todo lo que íbamos a filmar en la película podría ser posible algún día. Esperamos que esto no pase…
En múltiples niveles esta es la película con más preparación que he tenido y es realmente un cambio de vida. Co-existimos con la naturaleza y creemos saber mucho acerca de ella, pero, personalmente cuando filmas una película de este tipo te abre los ojos y te vuelves más respetuoso con ella.
Pero se preguntarán ¿qué voy a ver en la película? Efectos especiales por todos lados (no puedes hacer una película de este índole sin utilizarlos), escenas de desastre y hasta un poco cómicas, aunque también está la parte científica de la película. Por suerte decidieron introducir al personaje del Profesor Lawrence (Paul Giamatti) el científico especializado de CALTECH, entonces la historia no queda volando como “un desastre natural que nadie entiende por qué está pasando y todos creemos que es el fin del mundo”.
Aunque tal vez lo más importante de la cinta (dejando de lado las actuaciones, y los efectos especiales) es la línea de la familia. Sí aunque suene cursi. Si algo han demostrado los desastres naturales alrededor del mundo, es que la solidaridad en estos momentos nos sale a todos, pero sobretodo la preocupación por nuestros seres queridos -sean familia directa o no- es lo que nos impulsa a hacer prácticamente lo que sea por asegurar su bienestar (si no, pregúntenle a cualquier persona que estuvo en el terremoto del ’85). Esto fue lo que llevó a The Rock a realizar la película.
La familia para mi siempre ha sido muy importante. Todo siempre regresa a la familia, y las películas que hago siempre regresan a eso, no importa si es acción, comedia o hasta infantil, siempre regresa a este tema.
Por ejemplo, en “Terremoto: La Falla de San Andrés” lo que mas me gustó del personaje fue que tenía un increíble trabajo y salvaba vidas, pero aún así está pasando por un divorcio y quiere mantener una relación con su hija; después viene el desastre y debe hacer todo por salvar a su hija, para conservar a su familia a pesar de las adversidades.
Y seguro quieren saber ¿la película está buena? ¿vale la pena gastar mi dinero para verla? La respuesta es sí, mientras vayan con la mentalidad que este tipo de cine es para entretener, pasar un buen rato y hasta reírse de las escenas exageradas. No esperen cine de arte o una historia que los conmoverá hasta los huesos (aunque tal vez sí los haga respetar más a la naturaleza). Aparte siempre vale la pena ver a Alexandra Daddario en la pantalla grande.