Por Diego Castañeda

Una de las lectoras de este espacio sugirió un tema muy interesante para esta semana: ¿cómo son los gastos de las aficiones mundialistas respecto a su distribución del ingreso? La idea, muy buena, era poder decir de qué grupos de ingreso salen la mayor parte de los aficionados. Desafortunadamente, parece que no existen datos disponibles que permitan hacer tal estimación, no podemos conocer si los 40 mil mexicanos en Rusia pertenecen al decil 10 o 9, por ejemplo. No obstante, intentando encontrar algún aproximado di con un ejercicio muy curioso que se realizó para la Copa del Mundo 2014 en Brasil, una encuesta realizada por ING  a distintas aficiones para descubrir cuánto gastan en distintos aspectos del mundial.

Aunque los datos no corresponden a la edición 2018, sí nos permiten tener una idea de la magnitud del gasto que los aficionados realizan comparado con algunas de sus estadísticas nacionales (sin contar viajes ni boletos, sólo mercancía).

Por ejemplo, en Argentina en promedio cada habitante está dispuesto a gastar 48 euros en mercancía de su selección, esto es aproximadamente 25 veces el valor de la línea de pobreza internacional o 3.4 el salario mínimo. Para el caso ruso es aún más extremo con un salario mínimo que llega apenas al equivalente de 151 euros al mes, lo que significa que el ruso promedio gasta casi 10 veces el valor de un día de trabajo pagado al mínimo o el 30 por ciento del mínimo de un mes.

En una pregunta de la encuesta de ING se les preguntaba cuánto dinero estarían dispuestos a sacrificar por ver a su equipo ganar; nuevamente, los líderes absolutos son los argentinos que estaban dispuestos a sacrificar 526 euros, una cifra 25 por ciento al salario mínimo mensual. En el agregado de la población eso es una suma hipotética de 3.5 puntos porcentuales del PIB, 5 veces lo que Argentina gasta en tareas de Investigación y Desarrollo. En esa misma medición Chile e Italia (a quienes se extraña en el mundial) gastan hipotéticamente  3.3 y 1.5 por ciento del PIB respectivamente.

Si viajamos al presente los costos de asistir al mundial de Rusia son como 30 mil pesos por el vuelo más otros entre 100 y 500 mil pesos por asistir a todos los partidos de una selección (dependiendo del tipo de boletos, hospedaje, transporte local, etc). Por cuestiones prácticas, tomemos un valor próximo a la media de esas cantidades, asistir a 4 o 5 juegos con todo incluido debe costar alrededor de 250 mil pesos (3 semanas de estancia aproximadamente).

Esos 250 mil pesos representan aproximadamente  el ingreso anual de una persona que gana 20 mil pesos al mes libres (unos 24 mil pesos brutos), eso colocaría a esa persona dentro del decil 9 de la distribución del ingreso. Es posible que una persona ahorre durante mucho tiempo para asistir a un evento de esta naturaleza, casos existen, lo cual implicaría que una persona que desea asistir a un evento así al menos debe ahorrar unos 50 mil pesos al año durante al menos 4 años, eso es un ahorro del 26 por ciento del ingreso promedio de un hogar mexicano (15 mil pesos aproximadamente).

Fuera de los casos raros de este tipo que seguro escucharemos en todas las horas de programas que se dedican al mundial, los costos parecen prohibitivos para la mayor parte de la población con niveles de ingreso como México. Si bien no podemos contestar la pregunta que la lectora nos hacía de inicio, sí podemos inferir que seguramente la mayor parte de las personas que asisten pertenecen al decil 10 de la distribución del ingreso.

Probablemente, por lo que la encuesta de ING en 2014 nos dice, éste es un fenómeno normal en los países en desarrollo, donde en buena medida sólo la élite económica de dichos países puede asistir. Entre los países ricos es probable que encontramos una situación diferente, pues personas que pertenecen a deciles inferiores en la distribución del ingreso de países como Japón o Alemania tienen niveles de ingreso semejantes a la parte más alta de la distribución del ingreso de los países en desarrollo.

El mundial además de permitirnos una oportunidad para observar la convergencia en niveles de juego que ha tenido la globalización total del futbol, con un mercado laboral globalizado como ningún otro, también nos deja observar algo interesante sobre la evolución de la desigualdad global. Las élites de los países convergen, las diferencias entre una persona del 1 por ciento más rico de un país como México y de un país como España cada vez son menores, lo cual es compatible con lo que los datos nos dicen, que cada vez la desigualdad entre países es menor a pesar de que la desigualdad al interior de los países está en aumento.

El mundial es una extraordinaria oportunidad y un muy buen pretexto para hablar de la globalización, la desigualdad y la convergencia entre los países.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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