Los gasolinazos, el alza a servicios como luz y transporte público y los raquíticos incrementos al salario mínimo, han hecho que el poder adquisitivo lleve una caída de 11.11% en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto. Inexplicable el fenómeno, porque las autoridades dicen que, pese a las adversas condiciones que hay en el extranjero (claro, por su culpa todo), la situación económica del país va más o menos.
Pero bueno, mientras que los ingresos de la clase trabajadora nomás no mejoran, los precios de los productos básicos han aumentado por lo menos en 26.9%, señaló el integrante de la Comisión Ejecutiva del Movimiento Social por la Tierra (MST), Francisco Chew.
La canasta alimenticia recomendable, al cierre del año pasado, tuvo un precio de 218.06 pesos por día mientras que el salario mínimo diario sólo fue de 73.04 pesos. Lo anterior quiere decir que con un salario mínimo sólo se puede comprar el 33.5 por ciento de la canasta alimenticia recomendable”.
Ademas, Chew apuntó para La Jornada lo preocupante que es que, con el paso del tiempo, el número de gente que no tiene recursos suficientes para acceder a la canasta alimentaria va en aumento: de 60.6 millones pasó a 63.8 millones, esto en tan sólo dos décadas, lo cual quiere decir que uno de cada dos mexicanos está por debajo de la línea de bienestar.
Ni tan inexplicable…
Evidentemente los incrementos en el precio de la gasolina son parte de las razones por las que hay una liberación escalonada de precios… y bueno, aunque en pasadas administraciones estos ya existían (los gasolinazos), con los que se presentaron a inicio de este año, la cosa explotó: con alzas del 14.2 y 20.1%, cómo no se querían incrementos en los precios de la canasta básica.
Dejando de lado los porcentajes, Chew nos ofrece ejemplos que nos son más llegadores: “En tiendas de autoservicio, el aguacate subió hasta 6.10 pesos al ofertarse en 66.47 pesos por kilogramo, mientras que el limón y la bolsa con dos kilos de azúcar aumentaron a 43.29 y 43.96 pesos, respectivamente”. Y con el calor que hace, ¿cuántos pueden disfrutar de una agüita de limón?