Aquí una nota para que después de leerla te lances por unos de tripa, cabeza o cuerito…
Esta conmovedora historia comienza en el lejano poblado de Bethel, Alaska, donde sus cerca de 6 mil habitantes empezaron a sentir la emoción de paladear una orden de al pastor, luego que circularon volantes en que se anunciaba la inauguración de un “Taco Bell”.
La noticia causó la locura en los paisanos de los esquimales, y no era para menos, ya que el puesto de comida rápida más cercano está a 600 km… y eso, sólo se puede llegar en avión o en barco… Sin embargo, la llegada del puesto de tacos que era más ansiada que ver desnuda (en vivo) a Kim Kardashian, resultó ser una cruel broma: dos habitantes –vegetarianos o con mucho dinero para viajar- habían creado los volantes.
Pero como existen los milagros de navidad anticipados, Taco Bell se enteró de lo ocurrido y decidió enviar un cargamento de 10 mil tortillas, 400 kilos de carne, muchas lechugas, queso como para taparle las arterias a 100 gorditos y 220 kilos de crema agria (¿pará qué? suponemos que en sustitución de salsa) de la forma más innecesariamente espectacular: un helicóptero.
A juzgar por las imágenes, en Alaska ya se aburrieron de pescado, así que ustedes que tiene la oportunidad, no desprecien los tacos de a 5×12 pesos.
