Para los políticos mexicanos, parece no haber diferencia entre lo privado y lo público y las múltiples filtraciones en que se revelan tanto la corrupción ejercida con dinero de todos nosotros, como el espionaje ilegal que están dispuestos a realizar lo demuestra.
Hace unos días, Excélsior sacó una encuesta sobre el espionaje de las llamadas. Y aunque el 62% dijo que no estaba de acuerdo con la práctica, más de la mitad de los encuestados dijeron que estaba bien dar a conocer este tipo de cosas si tenían que ver con la ciudadanía, si se trataba de políticos y corrupción o si era algo que tenía que ver con lo público. Esto, sobre la coyuntura del último escándalo por el que pasó el presidente del INE, Lorenzo Córdova.
Aquí les dejamos una lista de algunas de las últimas filtraciones:
Borja, que no quiere entrar en “la lista de pendejos”.
Monreal, con sus “contratos simulados”.
Y, por supuesto, su presunta conversación con Cuauhtémoc Gutiérrez:
Mendoza Davis con Pancho Domínguez, sobre la aportación de una lanita.
Lorenzo Córdova, burlándose de cómo hablaba un indígena.
Ivonne Álvarez hablando de un depósito y un golpe que le van a dar.
Claudia Pavlóvich, por su desvío de recursos.
Caso OHL, el escándalo de la empresa con el secretario de comunicaciones del Estado de México.
El escándalo de Mauricio Trejo, a quien denuncian por pedir unos moches.
Después de escuchar esto, es difícil que no vengan a la mente otros casos:
La renuncia de Édgar Armando González Rojas por su audioescándalo.
El audio del exgobernador de Tabasco detallando su riqueza.
¿Y qué tal aquella llamada de Purificación Carpinteyro a su amigo para celebrar que se habían sacado la lotería con la #LeyTelecom?
El famoso caso del “Gober Precioso” y Nacif:
¿Cómo ven? ¿Cuáles faltaron?