Como ya te habíamos comentado, el grupo extremista musulmán del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés) ha expandido su dominio en importantes territorios en Irak y Siria desde el año pasado, aunque es durante las últimas semanas que sus acciones se han acelerado. Tanto es así, que hace unas horas proclamaron la instauración de un califato que abarca parte de los dos países (desde el Norte Siria, hasta el Este de Irak) y desde el que planean expandir su dominio sobre todo el mundo árabe.

Ok, pero ¿qué demonios es un califato?, ¿qué tan probable es que el proyecto se cumpla? y sobre todo, ¿qué tiene que ver eso con el resto del mundo?

Muy bien, primero recordemos algunas cosas:

En primer lugar, ISIS es una organización yihadista, es decir, una agrupación que busca cumplir con “el deber” marcado por la ley islámica. ISIS se desprendió de Al Qaeda hace tiempo. En 2013, extremistas islámicos tomaron la ciudad de Faluya que está en el centro del país y que es relativamente cercana a Bagdad, la capital. Aunque Al Qaeda prohibió a ISIS actuar por su cuenta, pronto la organización le dejó claro que le importaba muy poco mantenerse subordinada a la “nodriza” y tomó el control de la rebelión en contra del gobierno de Nuri al-Maliki, quien logró llegar al poder gracias a Estados Unidos durante su intervención en aquel país. Los miembros de ISIS sostienen que ese gobierno es un títere de Occidente y que se opone a la voluntad de Dios expresada en el Corán.

En segundo lugar, debemos recordar que ISIS es una organización sunita. Quizá pienses que en el mundo musulmán todos son, bueno, eso, musulmanes a secas. Sin embargo, la verdad es que por más de mil años, el mundo árabe se ha fragmentado tanto como el cristiano. La principal división es la que hay entre sunitas y chiítas, que han discutido durante tooodo este tiempo cuál es la verdadera línea de descendencia familiar y espiritual de Mahoma. Los sunitas representan el 85% de los musulmanes del mundo, mientras los chiítas alcanzan apeas el 10%. El otro 5 está conformado por clanes distintos.

Los sultanes fueron los líderes políticos y religiosos del califato Otomano. Los chiítas desconocieron su reinado.

Por supuesto, hay de sunitas a sunitas, y juzgarlos a todos con la misma vara sería tan tonto como arrojar en el mismo saco a los cristianos laicos de la ilustración y a los miembros de la ultraderecha conservadora católica. Grupos como ISIS y Al Qaeda representan el ala más radical del sunismo, y afirman que se debe instaurar un solo reinado musulmán para el mundo entero que reconozca una cierta línea de descendencia y viva según la ley de Mahoma. Por su parte, el gobierno de Nuri al-Maliki es chiíta y ha dado preferencia a este sector, lo que avivó las rivalidades.

El último califato en el mundo fue el del Imperio Otomano, disuelto tras la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, Medio Oriente ha pasado por un accidentado proceso de democratización, resultado de las tensiones e intervenciones de Estados Unidos y Rusia por intereses comerciales. El nuevo califato, encabezado por Abu Bakr al-Baghdadi, líder de ISIS,  ha sido proclamado en pleno ramadán, el periodo de ayuno ritual de los musulmanes. Esta estrategia tiene sentido, pues busca ganar la simpatía de la gente al instaurar un supuesto imperio religioso, anunciándolo en tiempos en los que la fe es fuerte. Sin embargo, la mayoría de los eruditos musulmanes han desconocido al nuevo califato y han calificado de infieles a los miembros de ISIS.

Abu Bakr al-Baghdadi, el nuevo califa del islam, según ISIS.

Durante su avance, ISIS ha logrado hacerse con el control de importantes ciudades de Irak. Algunas de ellas son puntos comerciales estratégicos, como los poblados de la región de Kirkuk, uno de los centros petroleros más importantes de Medio Oriente. Otras destacan por su significado religioso y simbólico, como Tikrit, donde nació Sadam Hussein, quien era sunita. También son importantes las ciudades de presencia chiíta, en donde destruyen centros religiosos para intimidar a sus oponentes.

Sin embargo, ISIS no ha logra la simpatía que busca. Aunque muchos de sus reclutas viajaron desde muy lejos para iniciar el nuevo califato, la organización no cuenta con más de 15 mil hombres.

Si esto es así, ¿por qué el ejército irakí no ha logrado someterlos?

Existen 3 motivos importantes: 1) aunque el ejército de Irak fue entrenado por los estadounidenses, no cuentan con experiencia ni con la maquinaria de guerra para hacer frente a levantamientos, 2) aunque el gobierno ha decidido actuar por su cuenta, durante un cierto periodo se mantuvo a la espera del visto bueno de Estados Unidos para ponerse en movimiento y 3) al interior del ejército, reinan la corrupción y el ánimo bajo ante los ataques de ISIS, que incluyen suicidios y crucifixiones.

Con la proclamación del califato, ISIS dio un paso decisivo y peligroso para sus propios intereses, pues básicamente le declaró la guerra abierta a todo el mundo. Se la declaró a los gobierno de Irak y Siria porque desconoció su autoridad. Se la declaró a  Estados Unidos y a Rusia, pues, aunque éstos son enemigos entre sí, el gobierno Sirio es aliado de Moscú y el gobierno de Irak es aliado de Washington. Se la declaró a Al Qaeda y a todos los grupos extremistas musulmanes, que buscaban, por supuesto, la instauración de tal califato bajo sus propios términos. Y se la declaró también a todo el mundo árabe no radical.

Si Estados Unidos tiene tanto interés en la región, ¿por qué no ha intervenido?

Básicamente, por 2 razones: 1) Obama  perdería mucho ante los votantes si enviara tropas a Medio Oriente, porque la mayoría de los estadounidenses ha declarado que están hartos de intervenir en el extranjero, mientras exigen reformas al interior del país. 2) Ante el peligro que representa ISIS para el petróleo irakí, los grandes consorcios y gobiernos han aumentado sus compras de hidrocarburos, aunque la oferta ha disminuido, lo que ha hecho que el petróleo cueste más. Estados Unidos aprovechó este paréntesis en el mercado para vender caro. Si hubiera anunciado una intervención, los precios se hubieran estabilizado y su mina de oro de especulación hubiera llegado a su fin.

Esta estrategia le ha sentado peor que intervenir pronto. Aunque Irak haya solicitado armas al gobierno de Obama, éstas no llegaron. Estados Unidos colocó portaaviones en el Golfo Pérsico, pero ha retrasado la ayuda. Por este motivo,  Nuri al-Maliki castigó el juego petrolero estadounidense haciendo lo que más les duele: pedir ayuda a Rusia. Ayer, el gobierno de Putin envió aviones acorazados para ser tripulados por el ejército iraki en contra de ISIS. De inmediato, Obama dijo que “perdonen ustedes la tardanza” y anunció que enviará el 60% del armamento solicitadas durante los próximos días.

El juego con la especulación en la bolsa podría costarle a Estados Unidos la pérdida de un aliado, mientras que para Moscú podría significar un aumento en el control de la región. Por lo demás, el avance de ISIS, ahora llamados simplemente IS (Estado Musulmán) no tendría porqué representar mayor problema para ningún ejército, por lo que la alerta en países vecinos no es alta. Si su avance no ha sido frenado aún, es por motivos económicos y políticos, y no por falta de fuerza. Lo que nos recuerda que para Estados Unidos y Rusia vale más el juego económico por el petróleo que las miles de vidas irakíes en peligro.

Vía: CNN, El Universal, La Jornada, BBC.

 

 

 

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