Durante varios años se dijo que resolver sudokus, crucigramas y otros ejercicios mentales era muy efectivo para aumentar la actividad cerebral. Si quieres ponerte más abusado, pero no te gusta andar resolviendo dilemas matemáticos, te damos una mejor opción: ten sexo.

Por alguna extraña razón últimamente les hemos presentado notas para facilitarte la vida. Primero te dijimos que en un futuro próximo ya no será necesario hacer ejercicio, pues con una píldora podrás bajar de peso y estar en forma; también te mostramos que hay gente que por más fortachona que esté, no puede ni abrir una botella de agua; ahora te traemos una buena noticia: para ser más inteligente no tienes que andar resolviendo ejercicios mentales, pues según la ciencia, para aumentar la actividad cerebral es mucho más efectivo tener sexo.

De acuerdo a un estudio presentado por dos investigadores de Nueva Yersey, el hacer ejercicios mentales aumenta la actividad cerebral pero sólo en determinadas regiones del cerebro. En cambio, un orgasmo lo hace en todo el cerebro, esto porque al llegar al clímax sexual un flujo de sangre riega el cerebro, aumentando tanto los nutrientes como el oxígeno.

Esta invasión de nutrientes y oxigeno es mucho más intensa durante el orgasmo que en los momentos de concentración.

Uno de los científicos tras estos estudios es el profesor Barry Komisaruk, que desde 1982 se dedica al estudio del placer enfocado a la mujer y que actualmente investiga si el clima sexual puede evitar el envejecimiento.

Al inicio comenzó a realizar experimentos con ratas y sus órganos sexuales (los de los roedores, no los del científico), concluyendo que el clímax sexual es capaz de inhibir las sensaciones negativas. Más tarde se animó a trabajar con humanos. Entre sus hallazgos descubrió que la intensidad de un orgasmo es capaz de bloquear el dolor, por lo que su estudio podría ser aplicado en momentos como el parto.

“La gente me decía que tenía unas manos mágicas porque podía inducir en ratas una respuesta sexual que otros colegas no pudieron (…) llegó un momento en que tenía que verbalizar mis investigaciones, compartirlas con mujeres que intercambiaran información de lo que sentían conmigo”.

Muchos de sus colegas investigadores se quejaron y lo acusaron de viejo rabo verde, por lo que lo echaron. Aun así Komisaruk siguió sus investigaciones, trabajó con mujeres que tenían paralizadas las piernas y a las que sus médicos les habían dicho que no podrían tener ninguna sensación (lo que equivalía a despedirse de su vida sexual), tras analizar sus casos, descubrió un nervio en el exterior de la medula espinal por la que se trasladaba el orgasmo al cerebro. Así estas mujeres lograron alcanzar el clímax.

Sus años de esfuerzo finalmente alcanzaron relevancia cuando Komisaruk contactó a la sexóloga Beverly Whipple, con la que empezó a trabajar sobre el placer sexual. Actualmente estudian si el orgasmo puede ayudar a retrasar el envejecimiento. Lo cierto es que estos estudios sobre el clímax sexual están demostrando que tener relaciones sexuales con regularidad es bueno para el cerebro y la salud.

Así que olvídense de los crucigramas y a disfrutar la vida, el cerebro se los agradecerá.

Como dato vacilador: Barry Komisaruk ahora tiene 72 años pero aparenta ser más joven. Ante esta situación él responde “Supongo que son los orgasmos los que me mantienen joven”.

Vean qué feliz es…

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Así que ya saben, si el viejazo no quieren dar, pata regularmente deben echar.

*** Vía ABC España

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