Si algo sabe el mundo es que México es un paraíso: tiene playas increíbles, sitios arqueológicos interesantes, una variedad enorme de climas, una gran número de platillos típicos, además de mano de obra barata y una carga tributaria para mineras y petroleras que es de risa loca. Y por si esto fuera poco, resulta también que, si eres una minera y causas un desastre ecológico, no pasa gran cosa…un momento ¿qué?
El pasado 11 de agosto la Comisión Nacional de Derechos Humanos inició una investigación por las presuntas violaciones a los derechos humanos de los habitantes de Sonora afectados por el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico de una empresa minera… ¿40 mil metros cúbicos? ¿Cómo cuánto es eso? Pues bueno, tomemos de medida una alberca olímpica. Esta debe medir 50 metros de largo, 20 metros de ancho, y puede contener alrededor de 2 mil 500 metros cúbicos de agua. Es decir que el ácido sulfúrico que tiraron equivale más o menos a 16 albercas olímpicas (40 millones de litros de agua).
Grupo México podría pagar hasta 40 millones de pesos por delitos contra el ambiente, lo cual no es absolutamente nada en comparación con sus ganancias pues durante el primer trimestre de este año (solo durante el primer trimestre) ganaron 15 mil 320 millones de pesos, así que 40 millones solo representa el 0.26 % de sus ganancias (solo de este trimestre)…. no es nada y es todavía menos lo que pagan de impuestos.
Mientras tanto, por 12 días los pobladores de siete municipios no tienen acceso a agua de ningún tipo…no hay agua, nada, ni para consumo humano (menos para cultivar o para el ganado). Todo el abastecimiento será por pipas.
Han reportado casos de varias personas quemadas y de animales muertos.Además los alcaldes denuncia que Grupo México no está realizando esfuerzos para ayudar a las comunidades.
Este es el rostro de una mujer que tuvo contacto con las aguas del río (obviamente no sabía que había tóxicos ahí).
Pero no solo las mineras causan este tipo de daños ecológicos y sociales, tampoco quieren pagar impuestos en nuestro país:
Las mineras contra los impuestos
Cuando se aprobó la reforma hacendaria, las primeras en protestar fueron las mineras (a pesar de que el aumento a la carga tributaria para ellos iba a ser ínfimo).
La Senadora Dolores Padierna dijo entonces en una entrevista:
«La Camimex mandó a hacer un estudio a PriceWaterhouse para que argumentara que las contribuciones que se piden en la reforma hacendaria afectan la competitividad de esta industria… es inverosímil, porque esta industria tiene utilidades de más del 93.5%, solamente paga en promedio el 0.3% de impuestos indirectos en comparación de otros bienes que están en el subsuelo, como el petróleo que paga más del 70% y sus utilidades son menores, muchísimo menores.
Estas utilidades son las que están de por medio, pero en una mínima parte, ya que lo que está pidiendo el gobierno para que pague la minería el próximo año es realmente ínfimo.
Se pide un impuesto de 7.5% como un gravamen especial, pero ahorita sólo pagan por hectárea concesionada y el valor de las hectáreas es ridículo, cinco pesos, ocho pesos, treinta pesos, dependiendo del número de años que tenga la concesión.
De tal manera que prácticamente no paga nada al erario y 7.5 nos parece muy poco. En Chile, como en otros países, este gravamen es del 15%, 19% e incluso más.
Nos decía anoche el secretario: “Bueno, es que ellos pagan Impuesto Sobre la Renta”, sí, pero les deducen todos los costos, con cualquier empresa pagas un Impuesto Sobre la Renta, pero le quitan todos los costos, entonces la ganancia es superlativa.En fin; es uno de los sectores más consentidos, más apapachados, más privilegiados y cada vez que se le toca entran en acción sus operaciones.»
Y para ilustrar lo anterior aquí está una tabla de CNN de países y el porcentaje que cobran en las regalías de la empresas mineras:
¿Cuánto cuesta tener una concesión minera en México?
En el primer año de operación, éstas empresas pagan 5.70 pesos por el uso de una hectárea (dos hectáreas son casi los que mide la plancha del Zócalo), en el tercer y cuarto año de vigencia de la concesión, pagan 8 pesos con 52 centavos por hectárea. El décimo año se aplica la cuota más elevada por usos de hectárea, es la generosísima cantidad de 124 pesos con 74 centavos.
Estos precios fueron establecidos en tiempos de… bueno, ya se imaginarán la respuesta: el expresidente Carlos Salinas de Gortari. Este señor promulgó en 1993 una Ley Minera que dio grandes facilidades para la privatización de ese sector y también para la inversión extranjera. Esta ley fue la que eliminó el régimen de regalías, el cual, como vimos en la tabla de arriba, es una práctica común en todo el mundo.
Esta ley obligaba a que en México sólo se cobre el 1,2% sobre el valor del producto exportado, además, las empresas mineras sólo pagan impuestos federales, ningún impuesto estatal, ni municipal (se supone que con la reforma hacendaria esto cambiará).
¿Cuánto dinero ganábamos los mexicanos con el régimen fiscal anterior? Aquí les ponemos algunos ejemplos: la empresa First Majestic Silver Corp, tiene la concesión de 4 mil hectáreas de la mina de plata La Encantada, en Coahuila. Está concesión ya tiene cuatro años, así que pagan 17.4 pesos por cada una de sus hectáreas, esto le representa una ganancia a nuestro gobierno de 68 mil 160 pesos, de esa «increíble» cantidad de dinero se llenan nuestras arcas por permitir que se saque plata de nuestro país, pero ¿cuánto significa esto en las ganancias de esta empresa minera? Bueno, sólo un 0.004% de sus utilidades brutas, las cuales están estimadas en 1 mil 464 millones 679 mil pesos.
Otro caso es el de Fortuna Silver Mine Inc. Esta empresa tiene en concesión 30 mil hectáreas en San José, Oaxaca, pagan anualmente 4 millones 252 mil 800 pesos por los nueve años que han tenido la concesión. Suena bien, pero su contribución apenas representa el 0.20% de sus utilidades brutas, las cuales son equivalentes a 2 mil 124 millones 636 mil pesos.
¿La ley Minera del 93 es como la #ReformaEnergética del 2014?
El análisis hecho por la la Comisión Nacional para la Atención de los Pueblos Indígenas, de la Secretaría de Gobernación, advierte que las empresas mineras canadienses han encontrado, literalmente, «una mina de oro» en nuestro país, por el exceso de apertura fiscal que tiene, como único propósito, atraer inversiones a costa del deterioro ambiental y social. Ya saben cómo es eso de malvenderse para que cualquiera se anime a hacer negocios aquí, pero ¿esto ha sido una buena estrategia? Debemos revisar ya que la reforma energética permitirá cosas muy parecidas a las petroleras.
La reforma energética establece que la cuota contractual de la fase exploratoria sea de apenas 27 centavos por metro cuadrado, además de que las empresas privadas pagarán una regalía no mayor al 13.7% cuando en valores internacionales las regalías pertoleras están hasta en un 25%.
También se les condonará el IVA a través de un concepto que se llama «utilidad operativa» y podrán deducir costos, gastos e inversiones.
México se encuentra ubicado en quinto lugar, de un total de 94 países, por su potencial minero, pero ¿el país está sacando todo el provecho que podría sacar de este sector?, ¿de verdad conviene que empresas extranjeras «nos ayuden» con la explotación de este recurso, por lo menos, de la manera que lo han estado haciendo? Esperemos que no pase algo parecido con otro recursos, como el petróleo, por ejemplo.
El Potencial minero de México
México es un territorio atractivo para los inversionistas ya que es el primer productor mundial de plata, undécimo de oro y duodécimo de cobre. También es el segundo mayor productor de fluorita, el tercero más grande de bismuto y el quinto más grande de plomo. La producción minera de México se divide en 21% oro, 20% plata, 14% cobre, 8% zinc y el resto en otros minerales, según datos de la Secretaría de Economía.
Pero el reporte de impuestos por parte de las mineras es tan escaso que raya en lo absurdo, considerando que explotan recursos no renovables del más alto valor; por otro lado, han afianzado una industria tan poderosa, que aún con el gravamen, podrían reportar aun menos dinero neto retirando su capital para colocarlo cómodamente en cualquier otro lugar del globo.
El sector minero representa el 1.5% al producto interno bruto nacional, contribuye con 328 mil empleos directos y un millón 600 mil indirectos, según cifras de la Cámara Minera de México, CAMIMEX, lo que le hace ser uno de los sectores empleadores más grandes del país. Hoy en día, la industria minera se ubica como el cuarto generador de divisas netas del país, con un monto de 22 mil 516 millones de dólares, según cifras de INEGI.
El sector minero en México está concentrado y dominado por pocas empresas, nacionales y extranjeras, que son las beneficiarias de la riqueza de la industria. Además, las empresas mineras se la pasan divulgando la gran cantidad de trabajos que ofrecen y la gran producción que tienen, pero ¿cuáles son las condiciones de esos trabajos?,¿se ve reflejada esta bonanza en sus empleados?, ¿y el impacto ambiental?, ¿y las comunidades que viven cerca de las minas? ¿Son más los costos políticos, económicos, ecológicos y sociales que los beneficios en el PIB nacional?
Los trabajadores mineros no son tan afortunados como lo son estas empresas, ya que no son tan beneficiados con «la gran cantidad de inversión» que este sector presume que hace. Un minero en México gana en un día lo que un minero canadiense gana en una sola hora de trabajo. Por otro lado, las comunidades en donde se desarrollan estas actividades no se ven beneficiadas, sino que sufren terribles impactos ecológicos, debido a que la extracción minera afecta el ambiente desde el subsuelo hasta la atmósfera, incluyendo suelos y cuerpos de agua.
¿De quién son las minas del país?
La ASF (Auditoría Superior de la Federación) en su informe del 2010, reportó que las multinacionales mineras que están en nuestro país tuvieron ingresos por 552 mil millones de pesos entre el 2005 y el 2010, pero sólo pagaron 6 mil millones de pesos en impuestos, esto es poco más del 1% de sus ganancias.
La mayor parte de la inversión extranjera en este sector es canadiense, según cifras de la Camimex, la canadiense GoldCopr es la que más extrajo metales de las minas mexicanas, les sigue la empresa Frisco, que es mexicana y le pertenece… adivinen… a Carlos Slim.
Además de las empresas canadienses (que son las empresas extranjeras que dominan el sector) también hay empresas mexicanas, como la mencionada Frisco de Carlos Slim, existe Grupo México, de Germán Larrea (tercer o cuarto hombre más rico del país).
Grupo México es la única empresa favorecida con concesiones en minas de cobre por parte de los gobiernos federales en los últimos 22 años, lo cual la hace el monopolio del cobre en nuestro país.
Desde mediados de la década pasada, la industria minera ha logrado tasas de crecimiento anual que duplican e incluso triplican las correspondientes al producto interno bruto (PIB) de México. Entre 2005 y 2012, la minería creció en promedio 5.4 por ciento pero el PIB sólo lo hizo en 2.4 por ciento.
No obstante, la Cepal advierte que pese al crecimiento minero en México persiste la pobreza en sus diferentes modalidades (alimentaria, patrimonial y de capacidades) en varias entidades donde se ha desarrollado la industria, como son los casos de Guerrero y San Luis Potosí, que aportan el 13 y 7 por ciento de la producción de oro.
La riqueza de estas empresas no se ve reflejada en la situación de la gente que se encarga de extraerles el metal. Por ejemplo, en el 2006 en Pasta de Conchos, Coahuila, murieron 63 mineros al derrumbarse la mina. La empresa ni siquiera se encargó de recuperar los cuerpos sin vida de los mineros.
Otro accidente fue el 3 de agosto del 2012, 5 mineros quedaron atrapados en una derrumbe de una mina de carbón en el municipio de Progreso, Coahuila.
Y así hay muchos más. Aquí pueden checar una cronología de los accidentes en minas desde el 2009 al 2012.
Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) muestra que México es uno de los cuatro países de América Latina que acumulan más conflictos socio ambientales provocados por empresas mineras en cuanto a contaminación, restricción o escasez de agua, falta de consulta previa a las comunidades, disputas territoriales, desplazamiento de pueblos originarios, cambios de uso de suelo, violaciones de derechos humanos e incumplimiento de políticas de responsabilidad social corporativa, además, México está en ese sitio por la repartición de rentas y los ingresos tributarios provenientes de la minería.
Según la Cepal, el origen de esta relación tan deficiente con la minería es:
«La falta de una legislación minera que incluya leyes ambientales, sociales, laborales y territoriales entre otras, y que sobre todo sea firme al monitorear y sancionar la falta de cumplimiento de las políticas de desarrollo sostenible de los países»
En la cuestión fiscal, la Cepal señala que los impuestos que pagaron las empresas mineras en México entre 2004 y 2012 representaron apenas al 2.9 % del total de los ingresos fiscales obtenidos por el Estado, en contraste con Perú donde han aportado 7.8 %, es decir 2.7 veces más que en aquí, y al que se agrega otro punto porcentual por el cobro de regalías.
En fin, las condiciones de los mineros no son buenas, las ganancias al erario público no son tantas como podría dar este sector, ellos nos hablan de competitividad, pero eso nos suena a que, si queremos que saquen lo que sacan, debemos sacrificar todo esto ¿vale la pena? y no sólo económicamente ¿vale la pena a nivel ético, político, ecológico y social? Estamos en una etapa del mundo en el que la explotación indiscriminada de recursos tanto naturales como humanos ya no debe ser tolerable, aunque eso signifique sacrificar la mentada competitividad y sí, supongo que a estas alturas ya se dieron cuenta de que son los mismos argumentos que se utilizaron con la #ReformaEnergética ¿tenemos garantías para que cosas como el Fracking o las ocupación temporal no tengan las mismas consecuencias que las de la minería?