Para comenzar con esta nota, recordemos lo que los policías implicados en la detención de Marco Antonio Sánchez aseguraron cuando la entrevistadora de Milenio les recordó que el joven iba a declarar en los próximos días, ¿alguno de ustedes tiene miedo de lo que pueda decir Marco Antonio”, preguntó. “Nooo. No…”, dijeron al unísono. “En mi caso personal, te puedo decir que vivimos la verdad histórica de los hechos (utsss), no le hicimos nada al joven, no se violentaron sus derechos… respetamos sus derechos humanos como no tiene idea. Yo tengo la tranquilidad y confío en las autoridades, así como en la digna institución en la cual trabajo”, remató Ricardo Trejo, mientras de fondo se escuchaban trompetas marciales.

Pues bueno, mucha confianza (en su trabajo y en el de las instituciones), pero ahora esos polis ya no se muestran tan colaboradores como al inicio. De los cuatro que teníamos, uno ya tramitó un amparo y dos simplemente se dieron a la fuga… ah no: están “desaparecidos”, señalan las autoridades. De acuerdo con el titular de la SSP capitalina, Hiram Almeida, sólo dos uniformados relacionados con la detención (más no desaparición) del joven preparatoriano han prestado declaración ante el Ministerio Público, esto en ejercicio de la “libertad de defenderse”. ¿De qué? Pues quién sabe, porque hasta el momento ninguno de los agentes tiene algún cargo en su contra.

Sin embargo, se prevé que se reconfigure la carpeta de investigación del caso, razón por la que uno de los policías ya se amparó para evitar ser detenido y, presuntamente, dos agentes ya pusieron distancia de por medio. Aunque en primera instancia sí ofrecieron declaración en la Dirección de Asuntos Internos de la SSP, los elementos Ubel Mora y Ricardo de la Rosa ya no regresaron cuando se les requirió, esto pese a que se les hizo llegar doble notificación. Según reporta La Jornada, la búsqueda de los agentes llevó a las autoridades hasta Pochotillo, Guerrero, pueblo natal de uno de ellos. Así, ahora se sabe que la retención de un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública en aquellos lares, tiene que ver con todo este asunto y no con una supuesta acusación de robo y abuso de autoridad. En realidad, para evitar la “detención” de Ubel Mora, el subsecretario de Operación Policial, Álvaro Sánchez, (así como tres policías de la CDMX) fueron tomados en custodia por los habitantes de la localidad.

Si ya de por sí el caso de Marco Antonio está más que brumoso, la “desaparición” de los agentes implicados en el arresto implica más complicaciones. ¿Por qué? Además de que resulta obvio que los elementos no ofrecerán su versión de los hechos, ahora resulta que la Procuraduría General de Justicia no tenía conocimiento de los operativos que los elementos de la CDMX andan haciendo en Guerrero para buscarlos.

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