Los casos se repiten dentro y fuera de nuestras fronteras. Una y otra vez. La pederastia clerical no es un problema endémico y exclusivo de México. Aun así hay quienes justifican el abuso sexual de jóvenes y niños por parte de los curas.”Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan”, declaró el obispo Bernardo Álvarez, responsable de la Iglesia de Tenerife, España, en diciembre de 2007. En México, en abril de 2010, el obispo Felipe Arizmendi, de San Cristobal de las Casas, Chiapas, declaró que “ante la actual invasión de erotismo, no es fácil mantenerse fiel en el celibato ni en el respeto a los niños”.
En octubre de 2013, el arzobispo polaco Jozef Michalik sugirió que los niños tienen parte de la culpa de ser víctimas de abuso sexual porque un joven que tiene problemas en casa “busca acercarse a otros, pierde el rumbo y hacer que la otra persona también lo pierda”. En octubre de 2015, el reverendo Gino Flaim, de la Iglesia católica de Trento, Italia, declaró que la pederastia la provocaban los niños porque “por desgracia, hay niños que buscan afecto porque no reciben ninguno en casa (…) y puede que quizá encuentren a algunos sacerdotes”. En enero de 2017 el Papa Francisco pidió a todos los obispos del mundo “llorar con amargura” por los abusos cometidos dentro de la Iglesia católica y exigió “tolerancia cero” contra los sacerdotes que cometen esos crímenes. Aunque de acuerdo a una investigación de la agencia The Associated Press, a finales de febrero de 2017, Jorge Mario Bergoglio indultó en secreto a curas pederastas.
La Iglesia hace un pronunciamiento histórico
Ayer, miércoles 5 de abril, fue un día histórico en el seno de la Iglesia católica mexicana. Por primera vez en su historia, el Episcopado Mexicano reconoció de manera pública los casos de violencia sexual contra menores sucedidos al interior de su institución. El clero indicó que los niños y jóvenes abusados sexualmente por parte de sacerdotes y religiosos son “víctimas de una estructura clerical con síntomas desbordantes de poder, de espectadores silenciosos y del ocultamiento y la complicidad”, además de calificarlos como “mártires de nuestra época”. El obispo Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano afirmo que la Iglesia católica ha actuado de manera incorrecta al tratar los casos de pederastia y que “los inocentes han vivido persecución”. Miranda Guardiola pidió que ya no haya impunidad y que la Iglesia pide justicia.
De acuerdo con el periódico Milenio, solamente de septiembre de 2016 a la fecha se han registrado tres casos de sacerdotes acusados de abuso sexual en nuestro país: Carlos López, acusado de cometer abuso hace más de 20 años y aprisionado en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México; Gerardo Silvestre Hernández, condenado a 16 años de cárcel tras ser hallado culpable de corrupción de menores —inducir a niños y jóvenes a actos sexuales y exponerlos a materiales pornográficos—; Jorge Raúl Villegas, a quien se le acusa de violación, abusos sexuales y corrupción de menores agraviando a una joven. El obispo Miranda Guardiola dijo que la Iglesia debe ser responsable y enfrentar los errores y las acciones negativas: “Por más bien que haga la Iglesia, una sola infracción, un solo abuso, destruye, tumba todo (…) se debe dar la cara a las familias de las víctimas, a ellos mismos, a la sociedad. Sin alteraciones, sin huidas, sino con toda la responsabilidad”.